quinta-feira, 31 de julho de 2008

Las condiciones materiales de la libertad


Antoni Domènech

Philippe Van Parijs opinó a propósito de la edición inglesa de este libro: "La Renta Básica es una idea, tan sencilla como potente, que está jugando en la actualidad un papel central en la discusión del futuro del estado de bienestar en muchos países del mundo.

Quien por vez primera habló de “derecho a la existencia” fue Robespierre, en un discurso celebérrimo –uno de los últimos— de 1794, para expresar la idea de que la sociedad debe garantizar a todos sus miembros, como primer derecho, el de existir material y socialmente. Thomas Paine habló un poco después, en un escrito no menos afamado –Agrarian Justice (1796)—, de la necesidad y la justicia de crear un “fondo nacional” mediante impuestos a la propiedad privada de las tierras, a fin de introducir una pensión vitalicia para “toda persona actualmente viva” (mayor de cincuenta años) de “10 libras esterlinas anuales”.

Más aún que la propuesta concreta en sí, era interesante el estilo de su argumentación normativa. Paine comenzaba distinguiendo entre la propiedad de la tierra, que debía ser común, y la apropiación privada de los frutos del esfuerzo en su cultivo, al que debía hacerse también justicia.

La forma relativamente atemporal, que no a-histórica, de argüir de Paine –como si el proceso de desposesión se hubiera dado de forma continuada y gradual desde el descubrimiento mismo del arte del cultivo— no debe inducir a confusión. Es evidente que Paine registraba el tremendo impacto de lo que Marx habría de calificar, más de medio siglo después, como voraz proceso “expropiador” de la “acumulación capitalista originaria”, o de lo que, ya en pleno siglo XX, Karl Polanyi llamó el “molino de Satán”, es decir: la destrucción de las ancestrales economías naturales y de intercambio simple en Europa por el avance acelerado del mercado y de la cultura económica capitalistas en la segunda mitad del XVIII. Robespierre, que se había percatado de eso con mayor concreción, sagacidad política y consciencia histórica del tiempo que le había tocado vivir, se refirió genialmente al avance de una “economía política tiránica” desposesora, a la que opuso un programa democrático de “economía política popular”, capaz de garantizar el derecho de existencia de los desposeídos.

Este origen republicano-democrático específicamente europeo de la idea de garantizar públicamente de un modo universal e incondicional las bases de existencia material de las personas como un derecho históricamente derivado de la desposesión a que han sido sometidas por el desarrollo de una vida económica tiránica y expropiadora había sido largamente olvidado, salvo como objeto de curiosidad erudita.

No es casual que la vieja idea haya reaparecido con fuerza en las tres últimas décadas, coincidiendo con el avance arrollador de la llamada “globalización”, eufemismo con el que se conoce a una verdadera contrarreforma –de todo punto política— del capitalismo, y que es también un nuevo proceso gigantesco y acelerado de desposesión a escala mundial: de desposesión de los derechos sociales conquistados por 6 generaciones de trabajadores en el mundo entero, y particularmente en Europa y EEUU; de desposesión y puesta en almoneda por doquier de los bienes y los servicios públicos acumulados merced al sacrificio y al ahorro de varias generaciones de poblaciones trabajadoras; de desposesión neocolonial y apropiación privada del agua, de los combustibles fósiles, de los bosques y del conjunto del patrimonio natural (incluidos los códigos genéticos de especies vegetales y animales) de los pueblos del Sur; de desposesión y aun capitalización, en fin, de formas y mundos de vida social ancestrales o simplemente tradicionales. Todo ello acompañado, como no puede escapar ya a nadie que tenga los ojos medianamente abiertos, del recrudecimiento de las guerras de pillaje y expropiación y del regreso de una mentalidad expresa y descarnadamente belicista como no se conocía desde el final de la II Guerra Mundial.

Philippe van Parijs, que es sin duda quien, como filósofo y como activista político, más ha hecho en nuestro tiempo por revigorizar, defender con buenos argumentos y divulgar la idea de una renta básica de ciudadanía incondicional y universal, presentó su propuesta en su gran libro seminal Libertad real para todos como “un componente central de lo que urgentemente se precisa para salvar el ‘modelo europeo’ avanzando un paso más”. Es decir, con cabal consciencia de que se trataba de defender algo que estaba sometido a intenso fuego cruzado enemigo –la ciudadanía social— y con la esperanza de contribuir a la reorganización de una “contraofensiva”.

Han pasado más de 10 años desde que van Parijs escribiera ese libro y más de 20 desde que publicara su primer alegato a favor de la renta básica (un artículo coescrito con el economista holandés Robert van der Veen con el sorprendente subtítulo de “Una vía capitalista al comunismo”). Lo menos que se puede decir es que en este tiempo las cosas han ido a peor. Para empezar, el “capitalismo” ya no es lo que era (el de ahora es mucho más parecido al capitalismo depredador y desatado anterior a la I Guerra Mundial que al socialmente reformado y políticamente embridado de la segunda postguerra).Y no sólo la izquierda europea no ha conseguido pasar a la ofensiva como era la esperanza de nuestro amigo, sino que ha seguido retrocediendo ella y avanzando con botas de siete leguas el programa neoliberal de destrucción de la ciudadanía social en Europa: después de los acuerdos de Maastricht (1993), vino la llamada “estrategia de Lisboa” (2000); y luego, la ampliación de la UE a los países del antiguo Este europeo que, víctimas ellos mismos de un atroz y despiadado despojo expropiador en los 90 sin apenas precedentes históricos, son usados ahora como demoledor ariete de un dumping social en el seno de la propia Unión. Y como culminación, el intento, fracasado por el momento gracias al pueblo francés y holandés, de blindar las políticas económicas neoliberales a escala europea mediante una pseudoconstitución confeccionada por una elite tecno-burocrática espectacularmente horra de careo popular, y no demasiado inteligente, encabezada por el véteroliberal Giscard d’Estaign (vástago de los fundadores de la Banca colonial de Indochina).

Análogo signo de alarmado cambio entre las gentes sensibles y de inteligencia despierta puede detectarse en el campo de la filosofía política. Nadie puede operar ya filosóficamente a estas alturas con el transfondo tácito de la imagen congelada de la vida social y política del capitalismo reformado y relativamente apacible de los años 60 y 70. Se ha hecho imperiosa la necesidad de comprender los mecanismos y la dinámica causal del desastre desposesor de la mundialización contrarreformadora, si quiere oponérsele normativamente algo más que buenos propósitos y bonísimas palabras. Y de la mano de esa necesidad va, por lo pronto, la percepción más o menos clara de las limitaciones de las teorías políticas normativas ideales (voluntariamente abstraídas del problema de la capacidad de los ciudadanos para observar normas, y por ende, de los problemas de diseño institucional), a-institucionales (voluntariamente abstraídas de la configuración institucional de la vida social, y muy señaladamente, de la dinámica causal de las instituciones reguladoras de la propiedad) y a-históricas (voluntariamente abstraídas, entre otros, del problema de la reparación acumulada en el tiempo de daños injustos) que han dominado la filosofía política académica de las últimas décadas. Porque, como dijo va ya para tres cuartos de siglo, en momentos de parecido desjarretamiento político, social y espiritual, un agudo crítico de la epoché husserliana, tú puedes muy bien encerrarte en ella totalmente abstraído del mundo, que cuando, tarde o temprano, vuelvas a él, tendrás al diablo en persona esperándote.

El que tienes en las manos, lector(a), es un libro intelectualmente honrado, y no es ni política ni académicamente innecesario. Que ya es mucho decir de un libro, en los tiempos que corren y en las latitudes que habitamos. Pero el breve y enjundioso texto de mi amigo, colega académico y compañero de luchas políticas Daniel Raventós, además de ser excelentemente breve y enjundioso, es sobre todo muy oportuno. Precisamente por eso: porque propone una defensa de la Renta Básica que, acaso por recordar por vez primera con primorosa justicia el origen de la propuesta en las preocupaciones del republicanismo democrático-revolucionario europeo de fines del XVIII, consigue revivir el estilo filosófico-normativo del mismo, que tan dichosamente heredó el socialismo marxista del XIX y tan desdichadamente olvidaron los liberalismos y el grueso de los socialismos del siglo XX. Ojalá que esta defensa republicana no-ideal, institucional e histórica de la Renta Básica provoque saludables discusiones que hagan avanzar, con la de la propia Renta Básica, las causas de la democracia republicana y de un socialismo a la altura de los tiempos.

quarta-feira, 30 de julho de 2008

Total fracaso en la Ronda de Doha


AméricaEconomía

El colpaso de las negociaciones de la Ronda de Doha, anunciado este martes tras nueve días de maratónicas sesiones en Ginebra, puso fin a la esperanza de lograr una mayor liberalización económica, recortar subsidios agrícolas y fortalecer el sistema de comercio global. Y su impacto ya comienza a sentirse en las principales economías de la región, que esperaban beneficios concretos para su comercio internacional.

El fracaso, originado en un desacuerdo entre Estados Unidos, India y China sobre un mecanismo para proteger a los agricultores de los países en desarrollo, también echó por la borda un principio de acuerdo entre 11 países de América Latina y la Unión Europea para reducir el arancel europeo a la importación de banano. Los representantes de la región, encabezados por Ecuador, principal exportador mundial de esta fruta, se niegan a bajar los brazos y aseguran que el convenio bilateral tiene validez.

El final de las negociaciones se comenzó a escribir con el establecimiento de un mecanismo de salvaguardias especiales (SSM por su sigla en inglés) que elevaría los derechos de aduana, cuando las importaciones de productos agrícolas superaran cierto nivel y causaran perjuicio a los campesinos de las naciones pobres. Estados Unidos se opuso, pero China e India lo reclamaban como una defensa de la seguridad alimentaria y el desarrollo de los campesinos de los países en desarrollo.

El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, dijo que de una lista de 20 tópicos en discusión ya se habían alcanzado posiciones convergentes en 18. Pero la brecha no pudo cerrarse en el tema 19, precisó. Frente a este escenario, ministros de distintos países expresaron incredulidad de que las conversaciones se hayan desplomado en su noveno día por una medida técnica para restringir las importaciones.

"Alguien venido de otro planeta no creería que después de los avances alcanzados, no hayamos podido ser capaces de concluir", dijo el ministro brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim.

Según analistas, el colapso de las negociaciones afectará la confianza empresarial, incluso si no tiene un impacto inmediato en el comercio, y podría fortalecer el ambiente proteccionista, estimular más pactos comerciales bilaterales y cuestionar cómo el mundo enfrentará asuntos complejos como el cambio climático y la crisis alimentaria. El débil liderazgo de Estados Unidos, el poder creciente de algunos países en desarrollo, como India y China y el rol de la OMC en el sistema de comercio global son algunas de las lecciones que deja el naufragio.

Pacto bananero. Los representantes de la UE resolvieron dejar sin efecto un acuerdo con los países de América Latina para recortar el arancel a las importaciones de la fruta, porque lo relacionan con un compromiso general sobre las tratativas comerciales de la Ronda de Doha. Sin embargo, los países de la región consideran que el compromiso con el que dieron por cerrada la "guerra del banano" está vigente y es jurídicamente independiente del resultado de las discusiones.

Para estos países de Latinoamérica, el compromiso sobre el banano era el "único logro palpable" de la reunión que acaba de fracasar. El acuerdo suponía bajar el arancel actual que aplica la UE a la importación de banano de América Latina (unos US$ 274 por tonelada), a partir de 2009, hasta situarlo en US$ 177 por tonelada en 2016. "Mientras se estuvo negociando el régimen de banano con la UE quedó establecido que esa negociación era independiente a Doha, eso quedó reconocido por las partes", dijo el viceministro de Comercio Exterior ecuatoriano, Eduardo Egas.

"La primera reacción es exigir el cumplimiento de lo acordado. Todos queríamos llegar a un arreglo final (...) Ecuador tiene que tratar por todos los lados negociar y no nos vamos a cerrar," agregó Egas, quien dejó abierta la posibilidad de que el país andino retome las demandas que mantiene ante la OMC de no alcanzarse un acuerdo con la UE. "La UE tendrá que reducir el arancel o de lo contrario, es como si incumpliera un contrato", declaró a su turno el embajador de Costa Rica ante la OMC, Ronald Saborío, quien también subrayó que el pacto implicaba que la solución era independiente de la Ronda de Doha.

Además de Ecuador y Costa Rica, Colombia, Panamá, Honduras, Guatemala, Perú, Brasil, México, Nicaragua y Venezuela también mantenían un diferendo con la Unión Europea. "Yo llevé a cabo una mediación entre ellos, hay una sugerencia sobre la mesa y deben decidir si aceptan la propuesta o la modifican de común acuerdo", subrayó sobre este punto el director general de la OMC.

"Brasil queda aislado". Para el director de la Asociación de Comercio Exterior de Brasil (AEB), José Augusto de Castro, las fallidas negociaciones en la OMC dejan a Brasil "prácticamente aislado", a falta de otros acuerdos bilaterales con sus principales socios, informó el diario El Nacional. Brasil, una potencia exportadora agrícola mundial, necesita del acuerdo de liberalización comercial porque "no tiene acuerdos bilaterales firmados con sus principales socios comerciales internacionales", explicó de Castro.

Por su parte, la subsecretaria de Economía de México, Beatriz Leycegui, evaluó que el fracaso de Doha es una pérdida para todo el mundo, porque arriba en medio de una crisis económica muy fuerte, donde hay proteccionismo y falta credibilidad en el sistema multilateral. "En esas condiciones, urgía obtener un resultado", señaló.

Chile se mostró optimista en que las negociaciones mundiales de comercio seguirán después del colapso del acuerdo y que algunas economías de tamaño mediado podrían formar un nuevo frente de negociación. "Ciertamente, nos dimos cuenta en Ginebra de que hay una gran convergencia entre ciertos países, Australia es uno de los más importantes, y Nueva Zelanda, Canadá, Corea del Sur, Singapur, Chile, México, Brasil, Costa Rica," dijo el canciller de Chile, Alejandro Foxley, durante una visita a Australia.

"Dice mucho que un grupo de países como estos siga adelante intentando buscar un resultado, ciertamente mejor que el que no se consiguió en Ginebra," sostuvo Foxley. "Ahora, creo que algunos de nuestros países deberían tomar la iniciativa, una iniciativa cierta que llene el vacío," afirmó.

El ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Jorge Taiana, sostuvo en tanto que lo ocurrido con Doha es un fracaso de un intento de los países industrializados de dar poco y pedir mucho. "Y eso no fue aceptado en líneas generales por los países en desarrollo", dijo el funcionario, que consideró que la situación significa un golpe para las naciones en desarrollo (ver Argentina: El fracaso es un golpe para los países emergentes).

Argentina es uno de los principales exportadores de alimentos del mundo y es el mayor proveedor de derivados de la soja a nivel global. El fracaso de las conversaciones perjudicó a la mayoría de los agricultores de la región, en especial a los de países emergentes como Paraguay y Uruguay, quienes esperaban poder llegar a nuevos mercados con sus productos.

Futuro incierto. Aún se desconoce si las conversaciones se retomarán o no, como también lo es el cuándo ocurriría. El brasileño Amorim señaló que retomar el diálogo tardaría entre tres y cuatro años, mientras que el comisario de Comercio de la Unión Europea, Peter Mandelson, sostuvo que no ve posibilidades reales de resolver los temas principales en un futuro previsible.

El cambio de presidente el próximo año en Estados Unidos y de administración en la Comisión de la UE podría mantener a un lado las negociaciones, e incluso generar un cambio en las prioridades. Además, incluso pese a que los ministros reafirmaran su compromiso con la OMC y el libre comercio, existen temores de que el revés del martes pueda avivar la sensación proteccionista.

Argentina: los límites políticos y el fin de la era K


Maristella Svampa
Sin permiso

Desde el corazón mismo del sistema institucional, el Parlamento, provino la negativa al proyecto oficialista.

Fue una larga e intensa noche, que quedará registrada en los anales de nuestra historia. Desde el corazón mismo del sistema institucional, el Parlamento, provino la negativa al proyecto oficialista. Algunos dirán por eso que la sesión en el Senado fue una de las máximas expresiones de nuestra democracia institucional. Tal vez sería mejor afirmar que ésta mostró una mezcla rara en la cual se pusieron al desnudo todos los vicios, pero también algunas de las virtudes o potencialidades que puede desarrollar nuestro sistema republicano: vicios, porque fue evidente que existió una suerte de "mercado de votos", tanto de un lado como del otro. Para algunos, fueron decisivas las presiones del oficialismo; para otros, el temor ante las inminentes represalias de parte de las propias bases electorales. Virtudes y potencialidades, porque hubo discursos que lograron trasmitir convicción mostrando un tenso equilibrio entre la defensa de los valores y la responsabilidad frente a las consecuencias políticas de las decisiones. Quien mejor puso al desnudo esto último fue el propio vicepresidente Cobos, cuya voz balbuceante trasmitía todo el dramatismo de la hora, dándole a su voto negativo un carácter de inmolación, al tiempo que buscaba restarle el carácter dramático a su decisión, aclarando que no estaban en juego la democracia o sus instituciones.

En todo caso, la decisión del Senado señala una bisagra histórica, pues significa el estallido del núcleo duro del actual espacio de soberanía presidencial, construido sobre la doble idea de la concentración del poder en el ejecutivo y la subordinación de los diferentes actores y poderes al líder. Esta figura, recreada por Menem en los ´90, para justificar la urgencia de las reformas neoliberales, tuvo continuidad en Néstor Kirchner, aún si éste la utilizó -allá en 2003- con el objetivo de redefinir y otorgar mayor variabilidad a la relación entre economía y política, en un contexto de semi-default. Por eso mismo también, sus primeros gestos fueron leídos como una suerte de "recuperación de la política", en comparación con la subordinación dramática de la política a los mandatos de los organismos multilaterales, así como al alineamiento automático con los Estados Unidos (la política de las "relaciones carnales"). Otras medidas cimentaron la productividad política del cerrado liderazgo presidencial (la política de recuperación de la memoria o la destitución de la Corte Suprema menemista, tantas veces citado por el mismo ex presidente), todo lo cual le permitió conectarse positivamente con los reclamos de una sociedad movilizada, que en esas fechas efectivamente desarrollaba una acción de tipo destituyente, y al mismo tiempo, creaba acciones colectivas de solidaridad.

Pero una vez desactivada la crisis económica y política, el espacio presidencial fue reduciendo sus márgenes y alimentando cada vez más su núcleo duro: hacia adentro, hay que recordar la reforma del consejo de la magistratura, los nuevos decretos de necesidad y urgencia, la ampliación de las funciones del presidente y la jefatura de gabinete, en fin el disciplinamiento partidario en el Congreso. Hacia afuera, la concentración del poder fue favorecida por el aceitado e histórico vínculo con los sindicatos peronistas (de la mano de Moyano), y potenciado por la generación de nuevas lealtades, provenientes de organizaciones sociales, algunas de las cuales tuvieron protagonismo en la resistencia al modelo neoliberal durante los ´90, y otras nomás fueron creadas desde el poder.

Los límites a la productividad política del poder omnímodo no vinieron por izquierda. Lamentablemente la voz de las izquierdas, salvo honrosas excepciones parlamentarias, aparece disociada de las instancias institucionales, localizada en ciertos movimientos sociales que no figuran ni en la agenda del los "intelectuales" de la carta abierta, ni tampoco podría hoy reconocerse dentro del insólito conglomerado ideológico que reúne el frente agrario. Tampoco podría decirse que los límites proceden exclusivamente por derecha, ya que la victoria en el Senado refuerza un frente en la cual coexisten posiciones antagónicas y otras más difusas, que reclaman de una vez por todas ser clarificadas por sus protagonistas principales, al tiempo que desborda a los mismos sectores agrarios, y engloba una parte de la sociedad, tanto porteña como del interior.

Pero dichos límites, claramente políticos, señalan el final de la era K, al menos en la configuración que había adoptado desde 2003 en adelante. Un nuevo escenario se abre, en el cual uno de los datos fuertes será el posicionamiento que adopte la actual presidenta, Cristina Fernández (así, a secas), quien tendrá que hacerse cargo de esta inflexión, abriendo o clausurando nuevas vías políticas, pero nunca minimizando la naturaleza del corte instalado.

terça-feira, 29 de julho de 2008

Concertación: un dilema estratégico


Antonio Cortés Terzi
Centro Avance

La derecha nunca le ha ganado una elección y la amenaza de una derrota en las presidenciales proviene de un candidato-sujeto y no de la derecha en sí. Si algo le permite a la Concertación respirar y esperanzarse con salir del atolladero, es que su proceso de declinación y desintegración no tiene como contraparte un claro ascenso de la derecha en su ascendiente sobre la ciudadanía.

La Concertación ha pasado de un natural y comprensible proceso de declinación a un proceso de desintegración y descomposición. Reconózcase o no, la conciencia o percepción de la apertura de este último proceso es el sustrato y la atmósfera entre la que se desenvuelve la política de la Concertación; configura el contorno y el contexto dentro del cual sus diversos actores piensan, deciden y actúan.

En otras palabras, es la influencia de ese proceso la que define los marcos y grados de introversión que luce la política que desarrollan las fuerzas y centros de poder concertacionistas. Estos centros de poder están afanados en ofrecer (o buscar) alternativas presidenciales como recursos apropiados y casi únicos para frenar y revertir la desintegración y descomposición. De ahí que la inmensa mayoría de las acciones de la Concertación estén virtualmente subsumidas por un diseño político electoralizado y presidencializado.

Se simpatice o no con esos afanes y diseños estratégicos, lo cierto es que tienen racionalidad política. El estado actual de la Concertación indica que de los pocos ejes centrípetos y funcionales que pudiera hallar para enfrentar el momento crítico, los más a la mano y “eficientes” son las competencias electorales y el levantamiento de un liderazgo presidenciable fuerte. La derecha nunca le ha ganado una elección y la amenaza de una derrota en las presidenciales proviene de un candidato-sujeto y no de la derecha en sí. En efecto, si algo le permite a la Concertación respirar y esperanzarse con salir del atolladero, es que su proceso de declinación y desintegración no tiene como contraparte un claro ascenso de la derecha en su ascendiente sobre la ciudadanía.

Ahora bien, aunque esos esbozos estratégicos tengan racionalidad política, ello no implica que apunten a la construcción de la estrategia más adecuada. Las lógicas que entrañan ni siquiera aseguran la viabilidad de su materialización.

En efecto, son lógicas que parten de una contradicción intrínseca. Un tal diseño sigue una línea asimilable a lo que la Concertación posee de burocrático y conservador. En otras palabras, la oferta que se planea es la misma Concertación de siempre: las mismas figuras, la misma discursividad esencial, la misma ritualidad programática, etc. Pero el drama radica, precisamente, en que es la Concertación de siempre la que está en proceso de descomposición y desintegración. Es cierto que lo que mejor ha resistido a ese proceso es el conservadurismo y la burocracia concertacionista. Sin embargo, no hay ninguna seguridad que ese foco sea suficiente para detener las desafecciones y centrifugacidades, ni tampoco que sea capaz de seguir evitando las tendencias hacia la desintegración. Nada garantiza que las burocracias y los conservadurismos concertacionistas pervivan unidos hasta la hora de la verdad para ese diseño: la competencia por el presidenciable.

El problema mayor, no obstante, y que está detrás de todas o casi todas las dificultades de la Concertación, se encuentra en una profunda crisis de hegemonía “político-cultural” interna. Por eso es que no existe, como otrora, un “liderazgo natural” y por eso, también, es que se visualiza la probabilidad de que no haya candidato único, ergo, tampoco el liderazgo fuerte que este esbozo estratégico sugiere.

En otras palabras, es altamente improbable que se arribe a un candidato único y sólidamente representativo de la Concertación, simplemente, porque no hay un ethos, una hegemonía político-cultural que unifique las “almas” concertacionistas.
Aunque para muchos resulte imposible aceptarlo, la verdad es que hasta ahora o hasta hace muy poco, la hegemonía político-cultural en los gobiernos de la Concertación, fue ejercida por pensamientos y políticas derivadas de vertientes demo-liberales transversalmente instaladas en los partidos y en los círculos presidenciales. Siendo minoritarias se impusieron merced a la transición y al buen funcionamiento de la economía nacional.

Normalizado el país y “normalizada” la Concertación, esa hegemonía ha venido perdiendo legitimidad y representatividad ante la revitalización del “espíritu” centro-izquierdista mayoritario en los universos concertacionistas. Pero, pese a su debilitamiento, no se ha producido un traslape hegemónico, sino un vacío o una ausencia de hegemonía. El actual gobierno ha sido en parte responsable y en parte víctima de esa carencia.

¿Por qué no se ha plasmado el desplazamiento de hegemonía hacia el “espíritu” centroizquierdista? Primero, porque, en lo real-concreto, las dinámicas gubernamentales están, en gran medida, funcional e institucionalmente “entrampadas” por lindes e inercias demo-liberales. Y, segundo, porque el centroizquierdismo, aparte de su “espíritu”, no tiene mucho más.

En definitiva, superar el proceso de desintegración y descomposición que afecta al concertacionismo pasa por la reconstrucción de una hegemonía interna. Ello significaría pensar en esfuerzos y tareas que van más allá de las presidenciales y que abarcan más que las estrategias político-electorales y comunicacionales. La cuestión del presidenciable y de las presidenciales del 2009 debería estar inmersa y dependiente de los esfuerzos reconstructivos de una hegemonía que reinstale a la Concertación en la senda de desarrollarse como un “Bloque histórico” de centroizquierda.

Irán y la realidad imperial


Alberto Piris
ALAI


Un conocido periodista de The New York Times se entrevistaba con un miembro del gabinete de Bush hace unos años. El periodista escribió: “Me dijo que los tipos como yo pertenecemos a lo que llamamos ‘gente que se apoya en la realidad’, es decir, los que creen que las soluciones se alcanzan tras un estudio juicioso de la realidad perceptible. Yo asentí y comenté algo sobre los principios de la Ilustración y del Empirismo. Él me interrumpió: ‘El mundo ya no funciona así. Somos un imperio y, cuando actuamos, creamos nuestra propia realidad. Mientras ustedes estudian esa realidad —tan juiciosamente como deseen—, nosotros actuamos otra vez y creamos otras realidades que ustedes tienen que volver a estudiar; así es como pasan las cosas. Somos los actores históricos y a ustedes, a todos ustedes, solo les queda estudiar lo que nosotros hacemos’”.

Sin embargo, la realidad que Estados Unidos ha “creado” en Irak dista mucho de lo que inicialmente se previó. Ese modo “imperial” de pensar y actuar puede implicar hoy muy graves consecuencias para la humanidad (como las ha implicado para el desdichado pueblo iraquí), cuando los tambores de guerra resuenan de nuevo y en Israel y Estados Unidos se oyen voces que amenazan a Irán con un ataque preventivo que ponga fin a su programa de energía nuclear. La combinación de la teoría del ataque preventivo con la tendencia a ignorar una realidad que se tiene por maleable a gusto de la voluntad imperial, puede poner hoy al mundo al borde de una catástrofe de límites impredecibles. Pero no todo está perdido aún.

Los que en Estados Unidos propugnan el ataque a Irán y los que desde Israel hacen sonar las alarmas de la supervivencia del Estado, no tienen todos los triunfos en su mano. Por mucho que subsista la voluntad de desencadenarlo, cada día que pasa se hace menos probable. Son muchos los factores que hacen difícil la creación de una realidad, imperial, ignorando la realidad observable.

Ésta se compone hoy de varios factores determinantes. El primero se llama petróleo. ¿Es imaginable el efecto que sobre su precio tendría un ataque aéreo contra Irán? Los especialistas prevén que, minutos después de explotar las primeras bombas en territorio iraní, el barril de crudo alcanzaría los 200 dólares.

El cierre del estrecho de Ormuz, por donde se transporta el petróleo de la región, mediante un simple minado de sus aguas por la flota iraní, implicaría otro gran incremento en el precio del crudo. Eso, sin contar con el astronómico incremento de los seguros de navegación que habrían de pagar las empresas petroleras.

Irán es una mediana potencia regional que jamás ha invadido un país vecino pero tiene una gran capacidad de represalia. Las bases de Estados Unidos en Irak se convertirían en objetivos para el multiplicado terrorismo internacional, apoyado desde el vecino país. Sus vulnerables líneas de aprovisionamiento quedarían a merced de las acciones perturbadoras iraníes. Lo mismo ocurriría con las zonas petrolíferas de otros estados del Golfo Pérsico, fácilmente atacables por Irán o por los grupos terroristas controlados desde allí. Y no hay que ignorar la posibilidad de que Hamás o Hezbolá extiendan su acción a otros territorios donde ya cuentan con suficiente arraigo.

Algunos altos mandos militares estadounidenses son conscientes de todo lo anterior. Incluso quien ocupa la cúspide militar, el almirante Mullen, ha declarado que “un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán crearía unos problemas para los que apenas estamos preparados”. En el mismo sentido se ha expresado Mohamed El Baradei, el egipcio director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica: “Un ataque militar, en mi opinión, sería lo peor de todo lo posible. Convertiría la región en una bola de fuego”.

En el pasado he citado ya la frase que circulaba por Washington antes de invadir Iraq: “Todos quieren ir a Bagdad: pero los verdaderos hombres anhelan ir contra Teherán”. Una facción de iluminados, reunidos en torno al vicepresidente Cheney, propugnaba esta estrategia. De la influencia que tan alucinados tahúres ejerzan todavía sobre la declinante presidencia de Bush, dependerá lo que los próximos meses ocurra en esa crítica región del globo.

segunda-feira, 28 de julho de 2008

Renta Básica: “Muchos inicios han parecido ‘diabólicos’, es verdad”.


Daniel Raventós
Sin permiso

La revista del Consejo de la Juventud de Euskadi, Ahotik, entrevistó a Daniel Raventós con motivo de la edición del número de julio dedicado a la precariedad laboral. La entrevista la realizó Igor Mera.

¿Nos podrías presentar, de manera casi telegráfica, qué es la Renta Básica?

La definición que más utilizo por lo completa y clara que resulta es la siguiente: se trata de un ingreso pagado por el estado, como derecho de ciudadanía, a cada miembro de pleno derecho o residente acreditado de la sociedad incluso si no quiere trabajar de forma remunerada, sin tomar en consideración si es rico o pobre o, dicho de otra forma, independientemente de cuáles puedan ser las otras posibles fuentes de renta, y sin importar con quien conviva.

¿Desde dónde surge esta propuesta? ¿A que problemática social quiere hacer frente?

Esta propuesta tiene antecedentes históricos muy lejanos que se remontan a autores como Thomas Payne, Charles Fourier, Herbert Spencer, Henry George, Thomas Spence y Bertrand Russell. Pero con la creación del Basic Income European (desde el año 2004 Earth) Network en 1986, la propuesta de la RB cobró un gran impulso, especialmente en los últimos 9 o 10 años. La problemática a la que quiere hacer frente dependerá del defensor concreto de la RB al que se le pregunte. Entre los partidarios de la RB se pueden encontrar convicciones sociales, filosóficas y políticas, especialmente políticas, muy pero que muy distintas. En mi opinión, las problemáticas sociales a la que esta propuesta puede hacer frente se resumen en estos grandes objetivos: acabar con la pobreza, incrementar la libertad de buena parte de la ciudadanía, redistribuir la renta hacia los sectores sociales económicamente más débiles, aumentar el poder de negociación de los trabajadores y, también, la autonomía de las mujeres. No están todos los objetivos, pero sí una buena parte de los importantes. De todos modos, no creo que muchos defensores de la RB se sientan muy traicionados (aunque alguno siempre habrá, claro) si afirmo que comparten buena parte de los objetivos mencionados.

La Comunidad Autónoma Vasca fue pionera (gracias a una Iniciativa Legislativa Popular) en desarrollar la renta básica, pero ¿Se podría decir que lo que existe en la CAPV, es la Renta Básica que defiendes?

No, claro. Ya a finales de los años 80 surgió en Bélgica y en Francia esta medida conocida como rentas mínimas de inserción. La RB de la CAPV es una renta mínima de inserción, es decir, una medida pensada para la reinserción laboral y social, condicionada a determinados requisitos que deben cumplir los posibles perceptores. Lo que un miembro de nuestra asociación, José Luis Rey, llama un "derecho-deber". La de la CAPV, además de pionera, es de las más generosas sin ninguna duda, pero supongo que como debe haber quedado claro según la definición que se me ha pedido en la primera pregunta, tiene muy pocas cosas en común con la RB. Los problemas de la renta básica de la CAPV son los propios de los subsidios condicionados y de las rentas mínimas de inserción.

¿Qué potencialidades tiene la Renta Básica, tal como la defiendes, para dar respuesta a las condiciones específicas de la juventud?

Los jóvenes que forman parte de la clase trabajadora, la inmensa mayoría, son los que tienen las condiciones laborales más deficientes: por sus salarios, por la precariedad en los contratos, por las condiciones laborales. Por ello no me extraña que cuando doy alguna conferencia o seminario en donde el público juvenil es mayoritario, las personas que intervienen afirman casi unánimemente que con una RB situada por encima del umbral de la pobreza, no aceptarían contratos laborales que ahora se ven obligadas a aceptar. O como muy gráficamente una vez dijo una mujer jovencísima en uno de estos actos: "con una RB no me vería obligada a decir que 'sí' antes situaciones laborales que desearía decir que 'no'". Esta mujer estaba hablando de libertad, estaba hablando de lo que la RB posibilitaría a muchísimos jóvenes.

¿Por qué son necesarias condiciones materiales de existencia para construir la ciudadanía desde la libertad?

Bueno, esto es una vieja idea republicana que tiene una gran actualidad. Sin la existencia material garantizada, la libertad no es posible. Grandes republicanos oligárquicos, como Aristóteles y Cicerón, y republicanos democráticos, como Robespierre, entre muchos otros, todos estaban de acuerdo con esta premisa. La instauración de una RB supondría una independencia socioeconómica, una base autónoma de existencia (es decir, estas condiciones materiales de existencia a las que aludía) mucho mayor que la actual para buena parte de la ciudadanía y residentes acreditados. En definitiva, la introducción de una RB de ciudadanía posibilitaría que gran parte de la población tuviera esta existencia material garantizada que es la condición de libertad.

Algunas personas críticas dicen que la RB es una propuesta pensada en y para las sociedades ricas ¿Qué les responderías?

Que tienen razón en un aspecto parcial que ahora especificaré, pero que creo que se equivocan en otros. Las sociedades ricas tienen más posibilidades de financiarla porque tienen sistemas fiscales más sólidos que las pobres. En este aspecto, tienen razón. Pero el interés de la RB en los países pobres está creciendo en los últimos años porque se trata de una medida que atacaría directamente muchos de los problemas más sangrantes que tienen planteados. En estos países la desigualdad de la renta y de la riqueza es terrible. No hay duda que para hacer posible una RB deberían abordarse grandes reformas fiscales en estos países. Lo defienden así, entre otros, Rubén Lo Vuolo en Argentina, el senador del PT Eduardo Suplicy en Brasil y Pablo Yanes en México.

También se suele decir que desincentivaría el empleo, y que generaría parasitismo...

La crítica no es exclusiva de la RB. Cualquier medida que históricamente haya beneficiado a la población más pobre o con niveles de renta más bajos ha merecido por parte de las derechas políticas y académicas (¡y de algunas izquierdas!), la acusación de que "fomentará el parasitismo". Técnicamente, un parásito es quien obtiene un beneficio de un bien haciendo que aumente el coste de quienes lo producen. No creo que el parasitismo se incrementase con una RB. Que algunos ricos se limiten a vivir de sus rentas, en muchos casos heredadas y sin haber hecho el más mínimo esfuerzo, aparece como mucho más "normal" que la posibilidad de que los pobres puedan optar por vivir, aunque sea solamente un período de tiempo, sin contribuir de ningún modo. Pero alegará todavía algún crítico insatisfecho que es justo que "el hombre que no trabaje no coma", según se dice en la "Segunda Carta a los Tesalónicos" de Pablo de Tarso. Precisamente, en nuestro mundo, quien no dispone de tierras o de capital no puede elegir dejar de trabajar remuneradamente para otro. El principio paulino de que "quien no trabaja, no come" solamente es efectivo para los pobres, no para todos los componentes de la sociedad; en ningún caso para los más ricos. Hay ricos que comen y no trabajan. Quien expresó de forma insuperable con no muchas palabras lo que estoy tratando de decir fue Anatole France en 1894: "La Ley, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan." ¿Qué desincentivaría el empleo? Justamente creo lo contrario. A ello dedico precisamente una larga argumentación y la exposición de algunos estudios en mi último libro Las condiciones materiales de la libertad.

La RB es una propuesta que se sitúa entre lo utópico y lo plausible ¿Es posible hoy poner en práctica esta medida?

Pensar que la RB se acabará aplicando no creo que sea nada utópico, es decir, algo que ahora aparece como irrealizable, sino más bien se trata de una esperanza nada bobalicona ni dulzonamente emotiva que dispone de muy buenas razones. Con una RB de una cantidad parecida o superior al nivel del umbral de la pobreza, cambiarían muchas cosas. Es evidente, por otra parte, que habría aspectos centrales de funcionamiento del capitalismo actual (gran concentración de la riqueza, posibilidad de defraudar miles de millones de euros a los fiscos respectivos por parte de estas mismas transnacionales y los grandes ricos mediante el desvío de inmensas fortunas hacia los paraísos fiscales, injerencia directa de los grandes centros económicos mundiales en la agenda política de todos los gobiernos…) que con una RB no quedarían modificados, en su mayor parte, y otros lo serían insuficientemente. El mismo Bertrand Russell, al que ya he aludido como uno de los autores que algo escribió acerca de lo que puede considerarse antecedentes históricos de la RB, dejó escrito que "no puede haber verdadera libertad o democracia mientras los hombres que hacen el trabajo en una empresa no controlen también su gestión".

La RB, aunque sería un error solamente verla desde esta perspectiva, afecta a la distribución más que a la producción. Aún así, creo que la derecha capta mucho más rápidamente las potencialidades de la RB -por eso la derecha está casi unánimemente en contra- que la izquierda -por eso dentro de ella hay gente a favor, gente con muchas dudas y gente completamente en contra-. Me gustaría recordar lo que dijeron algunos representantes de la derecha vasca, de la catalana y de la española en el debate del mes de octubre del año 2007 en el Parlamento español sobre la propuesta de RB que presentaron los grupos de Esquerra Republicana de Catalunya e Iniciativa per Catalunya-Izquierda Unida. Se dijeron cosas del siguiente tenor: "¿Quieren crear el derecho a no trabajar? ¡Es diabólico!" Aunque el diputado vasco que esto dijo no lo sabía, o si lo sabía parecía no saberlo, ya hace tiempo que en ambientes políticos y académicos se está al cabo de la calle que el trabajo asalariado no es coextensivo con "trabajo". Existen otros dos tipos de trabajo: el doméstico y el voluntario. Y esos trabajos no remunerados son importantísimos en la creación de riqueza y bienestar social, queden o no registrados en el PIB.

¿Es posible que la RB llegue a ser una realidad no muy lejana?

Veamos cómo están ahora mismo las cosas. Si nos referimos a la posibilidad económica, sí, no hay duda que la RB es perfectamente viable. Los ricos perderían un poco, pero seguirían siendo ricos. Se han hecho estudios para todos los gustos de cómo podría financiarse una RB. Si nos estamos refiriendo al punto de vista cultural, queda mucho trabajo por hacer aún. Si lo que estamos preguntando es por lo que piensan los partidos políticos, la cosa está muy verde aún. Creo que el mencionado debate del pasado 2 de octubre en el Parlamento español es un claro ejemplo.

La RB es una medida que podría irse concretando por fases. Seguro. Ahora bien, para concretarse por fases debe quererse llegar a este objetivo. Esto es lo que está verde, muy verde. La opinión del diputado vasco ("¿Quieren crear el derecho a no trabajar? ¡Es diabólico!") hoy está bastante generalizada. Muchos inicios han parecido "diabólicos", es verdad. Como decíamos en un artículo que firmé con Antoni Domènech y que se publicó en El País del 5 de octubre del año pasado en respuesta a las barbaridades informativas que se dijeron acerca del mencionado debate parlamentario: "Las luchas por el sufragio universal para todos los hombres, ricos y pobres, y después para todas las mujeres, también parecieron locura 'diabólica' a muchos que consideraban el sufragio censitario el no va más del orden social. No es imposible que en unas décadas todos se escandalicen de los 'argumentos' de quienes hoy se rasgan las vestiduras ante una medida que promovería 'diabólicamente' la 'vagancia'. Como ahora nos escandalizan los 'argumentos' de quienes no hace tanto –el Vaticano no levantó para los católicos el non expedit, la prohibición de votar, ¡hasta 1919!— se rasgaban las vestiduras ante la sola idea de que pudieran votar todos, también los pobres, también las mujeres, también, ¿por qué no?, los 'vagos', y aun los (pobres) 'diablos'". La RB no vendrá de tapadillo, como tampoco vino de esta manera el derecho al sufragio universal.

sábado, 26 de julho de 2008

Multinacionales agrícolas generan bioesclavitud


Nydia Egremy
Revista Fortuna

Mientras 2 mil millones de personas sufren la crisis alimentaria, las multinacionales agrícolas obtienen ganancias superiores a 40 mil millones de dólares anuales. El delegado de las cinco agroindustrias que operan en México afirma que el “auge” apenas comienza.

La dependencia tecnológica en la agricultura obliga a los campesinos de México a adquirir semillas genéticamente modificadas a un precio mayor que el de las tradicionales; esa práctica privatiza el derecho a la vida, estiman especialistas. En contraste, las multinacionales agrícolas asentadas en el país argumentan que éste es el negocio del futuro que, además, contribuye a promover la tecnología.

El servicio PRNewswire informó que, el 31 de marzo pasado, la empresa líder en tecnología genética Monsanto acordó la compra del grupo holandés De Ruiter Seeds Group BV, por 546 millones de euros (alrededor de 840 millones de dólares).

Apenas 29 días después, Robert B. Zoellick, presidente del Banco Mundial, anunció que los elevados precios de los alimentos “son cuestión de supervivencia para 2 mil millones de personas”, y pidió recaudar 755 millones de dólares para que el Programa Mundial de Alimentos atienda la crisis alimentaria que “será crucial” en las próximas semanas.

Con esa lógica “condenamos a la población a grandes hambrunas y a la posibilidad de una esclavitud; es lo que Marx denominó subsumisión formal del trabajo al capital”, dice la doctora Rosa María Romero Cuevas, coordinadora de la maestría en educación ambiental de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.

En los laboratorios de esas agroindustrias globales se crean los organismos genéticamente modificados (OGM) por medio de la citogenética, biología molecular y biotecnología. En estos lugares, por ejemplo, se corta el ADN del escorpión que genera su veneno y se adhiere al maíz; lo mismo ocurre con el tomate, al que se le fija la parte de ADN del salmón para que resista al agua fría y se evite su rápida descomposición, explica el doctor en economía ecológica y gestión ambiental por la Universidad Autónoma de Barcelona, Gian Carlo Delgado.

El también especialista en asuntos de competencia intercapitalista y sus contradicciones, considera que en estos casos “ya hay una violación de barreras entre reinos y no conocemos cuál será el futuro para los seres humanos y su hábitat. También debe observarse que los trabajos genéticos se hacen en laboratorios privados, la mayoría de ellos subsidiados”.

Estas investigaciones se originaron en el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, que trabajó con laboratorios públicos y privados. Así ocurrió con el Delta and Pine (que más tarde pasó a Monsanto): además de recibir subsidios del Estado, obtuvo estudios hechos por el sector público del germoplasma vinculado a las semillas modificadas.

“Como es un gran negocio, volvieron a darles subsidios y así se involucró al sector industrial privado, que se benefició porque las semillas modificadas rompían la tendencia de mantenerse fértiles cada ciclo, y más tarde esa facultad se limitó a tres ciclos como máximo”; hoy, la semilla modificada ya no es fértil y el consumidor depende de las que compra al sector privado, abunda el investigador.

En México, los grandes monopolios agropecuarios y agroindustriales extranjeros (Monsanto, Bayer, Syngenta, Nestlé, Unilever, Cargill, Novartis, Zeneca, Agroevo y DuPont, entre otras) invierten en el ramo biotecnológico y recuperan su inversión con las ventas.

El informe de Europress del 2 de abril pasado señala que Monsanto duplicó sus ganancias, al obtener un beneficio neto de 1 mil 129 millones de dólares (casi 724 millones de euros) en el segundo trimestre de su ejercicio fiscal.

Rosa María Romero dice que ya “surgió una nueva forma de dominio de unas cuantas firmas sobre la humanidad, y eso amenaza más a la subsistencia de la mayoría, pues muchísimas personas dependen de la autosuficiencia alimentaria”.

El gran problema de la investigación en modificación genética de las plantas y animales, indica, es que “se legaliza la apropiación privada de la vida; ocurre con los organismos genéticamente modificados y con los no modificados a través de las multinacionales”.

Añade que los corporativos se apropian de la información genética y del conocimiento tradicional que poseen las comunidades sobre la flora silvestre, “las manipulan genéticamente y registran las patentes como propiedad intelectual privada. Estamos ante la apropiación privada de la biodiversidad, y cuando crean un organismo transgénico nos preguntamos: ¿la naturaleza puede pertenecer a alguien? La naturaleza es un patrimonio de la humanidad; no puede convertirse en mercancía”.

Otro riesgo de los organismos genéticamente modificados es que al extenderse como monocultivos acaban con la biodiversidad local. “Ahí radica la bioesclavitud, que sería una forma disfrazada del libre comercio”, explica.

El informe GEO 2007, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, advierte que el riesgo “en la extracción de recursos naturales que se exportan a diferentes sitios para su procesamiento, más tarde vuelven a ser exportadas hacia sus lugares de origen, pero a un costo mayor para los pueblos originarios”.

México, cautivo

Gian Carlo Delgado cuenta que en la década de 1970, cuando el exsecretario de Defensa estadunidense Robert McNamara presidió el Banco Mundial (1968-1981) y promovió la llamada “revolución verde”, México admitió las semillas mejoradas. Entonces se afirmó que éstas aumentarían las cosechas de granos y erradicarían el hambre mundial.

En la “segunda revolución verde” (iniciada en la década de 1990), las trasnacionales –Monsanto, Novartis, AgrEvo, DuPont, Cargill– introdujeron el diseño genético de semillas estériles.

En América Latina el comercio extensivo de los OGM fue exitoso. Su consumo creció al grado de que la agencia aeroespacial estadunidense, alertó la tala en la zona amazónica, destinada a ese tipo de cultivo.

Negocio multimillonario

El estudio Resumen ejecutivo 37: situación global de los cultivos transgénicos/GM comercializados 2007, del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones agro biotecnológicas, indica que para ese año el valor global por la venta de transgénicos superó los 6 mil 900 millones de dólares, que representa 16 por ciento de los 42 mil 200 millones de dólares que ganó el mercado global de semillas en 2006.

El documento, elaborado por Clive James, detalla que, de esa cifra, 3.2 mil millones de dólares –47 por ciento del mercado global de cultivos transgénicos– son por maíz; 2.6 mil millones, 37 por ciento, por soya; 900 mil dólares, 3 por ciento, por algodón, y 200 mil dólares por canola o colza, planta oleaginosa.

Por división geográfica, esos 6.9 mil millones de dólares se distribuyeron así: 5.2 mil (76 por ciento) en países industrializados y 1.6 mil (24 por ciento) en países en desarrollo.

Agrega que 23 países sembraron cultivos transgénicos: 12 en desarrollo y 11 industrializados: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá, India, China, Paraguay, Sudáfrica, Uruguay, Filipinas, Australia, España, México, Colombia, Chile, Francia, Honduras, República Checa, Portugal, Alemania, Eslovaquia, Rumania y Polonia.

De acuerdo con el estudio, en 11 años –de 1996, cuando comenzaron a comercializarse los transgénicos, a 2007– el valor global acumulado es de alrededor de 42 mil millones 400 mil dólares. Para 2008, “se proyecta un valor global de 7 mil 500 millones”.

Más aún, la multinacional estadunidense Monsanto elevó sus pronósticos para 2008, luego de triplicar en el primer trimestre fiscal su ganancia respecto del mismo trimestre del año anterior (256 millones de dólares). Su facturación aumentó 36 por ciento: 2 mil 100 millones de dólares.

El doctor Juan Navarro Pineda, de la Universidad Autónoma de Chapingo, explica que parte del superávit de las multinacionales agrícolas se debe a que financian las investigaciones y las hacen aparecer como propias. Para el académico, esas empresas se apropian de los conocimientos tradicionales en herbolaria de las comunidades y al patentarlas como marca, financian su inversión.

quinta-feira, 24 de julho de 2008

A crise e o futuro da Concertação


Fernando de la Cuadra

Os partidos da Concertação não só devem conseguir capturar o entusiasmo e adesão da maioria dos chilenos como há 20 anos atrás, mas também precisam convocar os cidadãos na construção de um projeto de futuro para o país.

Comparativamente a economia chilena está situada entre as mais sadias e fortes do continente. Entretanto sempre é conveniente lembrar que as fortalezas do país seguem baseando-se na produção e exportação de bens primários, ou seja, o Chile ainda tem uma economia fundamentalmente primário-exportadora (cobre, frutas, vinho, celulosa, salmão), e está, portanto, sobre-exposto a qualquer abalo do sistema econômico internacional.

A atual crise mundial que atinge centralmente as economias mais desenvolvidas e que repercute sem discriminação em todos os paises do planeta, também tem afetado o Chile através do aumento do preço dos combustíveis e dos alimentos (especialmente grãos e lácteos). A inflação é o sintoma mais claro de uma crise que ameaça o conjunto dos países e a receita tradicional - e quase automática para combatê-la - é reduzir o gasto público e desestimular o consumo por meio do aumento dos juros. Chile não é uma exceção da regra. O país registra uma inflação de 6,7%, que supera em mais do dobro à projetada para o ano 2008, algo inacreditável há muito pouco tempo atrás, segundo a maioria dos economistas oficiais. Pelo mesmo, a “autoridade econômica”, ou seja, o Conselho do Banco Central decidiu agir do modo mais previsível: aumentar a taxa de juros de 6,75 a 7,25% anual, o nível mais alto desde janeiro de 1999.

Com sua decisão o Banco Central busca reduzir a demanda interna, a qual, segundo diz no comunicado, continua crescendo a taxas elevadas sobretudo em produtos importados. A medida sem dúvida aprofundará a desaceleração que vinham mostrando os créditos de consumo, pela redução da oferta bancaria e pela menor demanda das pessoas, em função do encarecimento dos empréstimos.

O diagnostico da conjuntura nacional indica que o novo cenário da inflação responde a um fenômeno mundial que provoca aumentos de preços dos bens energéticos (petróleo e seus derivados, gás e eletricidade) e dos alimentos. De fato, tanto na sua matriz energética quanto em relação com a segurança alimentar, Chile possui vulnerabilidades difíceis de contornar no curto prazo. Na disponibilidade de petróleo e gás natural, o país é altamente sensível às flutuações dos preços internacionais e, especificamente, no caso do gás natural, ele é muito dependente dos envios que possa realizar a vizinha Argentina. Já no que diz respeito a certos produtos da cesta alimentar, Chile não possui auto-suficiência em determinados bens básicos, como o trigo, arroz e leite, entre outros.

Em resumo, o aumento de preço dos serviços e artigos básicos, a inflação e o insuficiente reajuste do piso salarial (salário mínimo), têm gerado uma sensação de cansaço e descontento por parte da população chilena. Pelo menos isso é o que parece transparecer das pesquisas de opinião que foram realizadas neste último período.

Segundo dados divulgados recentemente pelo Centro de Estudos Públicos (CEP) um 52 por cento dos consultados desaprova o desempenho econômico do governo, enquanto um 48 por cento reprova os resultados obtidos pela gestão do atual gabinete da Presidenta Michelle Bachelet.

Reagindo aos resultados obtidos pela enquête, o Ministro Secretario Geral da Presidência (Casa Civil), José Antonio Viera-Gallo declarou que se não existisse a crise internacional a aprovação do Executivo teria sido bem mais alta. De acordo com a autoridade, uma das razões mais evidente desse desconforto deve-se às funestas conseqüências que representa o aumento dos juros numa população que possui um alto endividamento, em grande parte devido a estímulos e facilidades de credito para consumo. Nas palavras do Ministro: “Acredito que se haveria produzido um aumento notável se não tivéssemos a crise internacional. A maior preocupação pela inflação e pelos aumentos de preço que golpeia o bolso das famílias é o que determina a má percepção dos eleitores.”

Ainda que aceitemos que a crise internacional tem inevitáveis impactos sobre o desempenho da economia nacional, uma explicação desse tipo para justificar a insatisfação da cidadania com a atual administração é visivelmente insuficiente. A nosso entender, estes problemas são meramente coadjuvantes ou agravantes de circunstâncias que, da mesma forma que a crise mundial, tem uma causal estrutural. Uma observação mais apurada sobre a situação em que se encontra a grande maioria das nações, e Chile em particular, nos demonstra que quase todas elas convivem com deficiências endêmicas: pobreza humilhante, desigualdade, ausência de proteção social, vulnerabilidade, risco, insegurança urbana, descaso do sistema de saúde, exploração excessiva e abusiva da força de trabalho, atividades predatórias das empresas, desrespeito pelos direitos das minorias, falta de perspectiva da juventude, etc.

Atribuímos, portanto a queda na popularidade do atual administração, a aspectos de longo prazo, relacionados com a forma como os diversos governos da Concertação tem lidado com a herança da ditadura e seu estigma neoliberal. A esta altura, está suficientemente demonstrado como os problemas da desigualdade no Chile explicam-se principalmente pelas condições estruturais da sociedade: a concentração da propriedade, a frágil organização social e sindical, a propagação de hábitos de consumo nas classes medias e altas próprias de países industrializados, os baixos níveis de educação e capacitação técnica, e o atraso tecnológico. Pode-se dizer que estamos ante aquilo que Antonio Gramsci diferenciava entre o que permanente e o que é “ocasional”, entre o que é “orgânico” e o que é contingente. Para ele é fundamental estabelecer esta distinção na hora de efetuar uma analise da realidade social e ter claro o que é essencial na estrutura e o que só está lá por circunstância. [1]

Agravado por estes déficits “orgânicos”, a atual gestão da Presidenta Bachelet esta defraudando as enormes expectativas que existiam no inicio do seu mandato: governo cidadão, paridade e fim à histórica discriminação das mulheres, combate às desigualdades, mudança cultural e substituição das antigas elites. Por exemplo, a crise provocada pela implementação de um novo sistema de transporte público na capital – Transantiago – tornou-se mais virulenta porque o desenho e a execução do programa realizaram-se sem a participação da sociedade civil. E não é trivial que isto tenha acontecido precisamente sob um governo fundado, enfaticamente, num discurso no qual salienta sua empatia e aproximação com os cidadãos.

Em definitivo, parece ser que a promessa de avanço em matéria de proteção social como a grande tarefa desta administração, ainda está para ser cumprida. A idéia da mudança cultural aparece associada ao primeiro governo presidido por uma mulher no Chile que, justamente, alentou muitas expectativas entre as minorias. O fato de ser uma mulher simbolizava o ingresso dos excluídos secularmente na administração dos assuntos políticos.

Além disso, os temas relativos aos direitos das mulheres e a superação da moralidade conservadora, têm sido crescentemente polêmicos no Chile pós-ditadura (por exemplo, a lei do divorcio e o uso dos métodos contraceptivos). Muito poucos duvidavam que, durante o governo da Presidenta Bachelet, se produziria uma expansão dos direitos civis e, sem duvida, seriam as mulheres as principais beneficiarias. Hoje vigora o desencanto frente a esta possibilidade. Adicionado à dificuldade para se fazer cargo de novos conflitos e impasses que emergem na sociedade, deve-se ter em conta a erosão de legitimidade que representa não possibilitar a discussão de temas considerados perturbadores para a estabilidade nacional. [2]

Nuvens cinzentas no horizonte eleitoral

Junto a estes problemas internos e às restrições impostas pela atual “conjuntura” econômica mundial, se adiciona uma situação inédita que está colocando em risco a continuidade da aliança entre os partidos que conformam a base do governo. É que nas eleições municipais de outubro próximo, dois partidos do conglomerado (Partido por la Democracia e Partido Radical Social-democrata) decidiram unilateralmente concorrer em lista separada para a escolha dos vereadores. Isto poderia significar a fratura definitiva da coalizão -que vai cumprir 20 anos com o fim do atual período - no caso de que estes mesmos partidos decidam levar um candidato próprio para a contenda eleitoral de 2009.

A racha também pode vir pelo lado da Democracia Cristã, que já tem anunciado não abrir mão de levar um candidato do seu partido, considerando que os últimos dois presidentes representaram a ala socialista. Para eles, não respeitar a alternância de partidos significa desconhecer os acordos mínimos que se definiram antes da formação do bloco.

Parece evidente que a possibilidade de triunfo eleitoral com uma divisão dentro desta aliança é muito improvável, considerando que nas ultimas três eleições a Concertação só conseguiu vencer em segunda rodada (balotage) graças ao apoio dos partidos do Bloco Juntos Podemos (Comunistas e Humanistas) e mesmo assim com uma porcentagem não muito expressiva. Enquanto se mantenha o fracionamento da intencionalidade do voto entre uma direita com remanescentes pinochetistas e uma opção democrática de centro-esquerda, os partidos do conglomerado de governo deveriam manter a vantagem demonstrada até hoje. Se este último setor se divide, as possibilidades de sucesso eleitoral são realmente mínimas. Mas será que no horizonte concertacionista interessa somente ter sucesso eleitoral para impedir que a direita assuma as rédeas do governo nos próximos anos?

Neste ponto é valido fazer-se também a pergunta a respeito do que pode oferecer hoje a Concertação para continuar liderando os destinos do país? Ou, em outras palavras, que diferenciaria este novo projeto com o já realizado por esta coalizão em quase 20 anos de gestão?

Parece-me prioritário, nesta etapa, consolidar e renovar alguns aspectos programáticos que surgem de uma autocrítica no interior do conglomerado governista. Nesse sentido, seria preciso repor uma lógica política coerente com o projeto democrático que dá sentido a esta coalizão. Para isso, é fundamental fortalecer uma equipe dotada de um mandato claro e de todas as faculdades necessárias para cumprir esta agenda, que entre suas tarefas prioritárias aborde o desafio de ampliar o campo democrático e a participação efetiva da cidadania, a superação dos entraves estruturais da desigualdade e o fortalecimento da proteção social (emprego e salários dignos, educação de qualidade e sem fins de lucro, segurança alimentar, saúde pública universal, previdência solidária, moradia social digna, reforma tributaria com carga progressiva).

Por sua vez, é fundamental recuperar aquela mística que caracterizou este pacto na época da sua formação, quando foi pensado para lutar pela recuperação da democracia na chamada Concertação de partidos pelo Não, convocatória feita para concorrer no plebiscito que pretendia dar continuidade à ditadura militar.

Dito espírito e mística foi perdendo força com o transcorrer dos anos. Isto tem provocado que tanto os militantes quanto os funcionários dos governos concertacionistas, abdicaram da dimensão ética em suas práticas quotidianas, chegando a exercer as formas mais corrosivas da ação política. Por isso mesmo, nos últimos tempos é moeda freqüente presenciar atos de falta de probidade, corrupção, má uso dos recursos fiscais e outras modalidades de decomposição da função pública. Em soma - tal como salienta o cientista político Antonio Cortés Terzi - é preciso reorganizar um novo ethos e um novo projeto histórico concertacionista, fundado na recuperação de uma cultura de centro-esquerda. [3]

Daqui surge uma nova pergunta. Poderão os setores mais progressistas do Partido Socialista conciliar e negociar esta agenda de mudanças substantivas em diversos âmbitos, com os setores defensores do stato quo seja no interior da Democracia Cristã, ou com os outros partidos da aliança?

Difícil é ter uma resposta precisa a esta interrogante, mas temos certeza que uma renovação do projeto desta coalizão deve sustentar-se principalmente naqueles aspectos que representam aquilo de mais progressista que existe neste conglomerado, quer dizer, o compromisso em torno de um programa de governo que se proponha superar as restrições “orgânicas” que impedem construir uma sociedade mais eqüitativa e democrática.

Em síntese, os partidos da Concertação não só devem conseguir capturar o entusiasmo e adesão da maioria dos chilenos como há 20 anos atrás, mas também precisam convocar os cidadãos na construção de um projeto para o futuro, re-encantando especialmente aos jovens, que ate agora não acharam seu lugar no imaginário nacional, de conceber Chile como uma comunidade de destino em que todos podem ser incluídos. Pensamos que estes são os requisitos mínimos que permitirão assegurar a continuidade do governo, pois do contrario, certamente, o êxito do seu próximo desafio eleitoral estará seriamente comprometido.

[1] “(...) no estudo de uma estrutura, devem-se distinguir os movimentos orgânicos (relativamente permanentes) dos movimentos que podem ser chamados de conjuntura (e que se apresentam como ocasionais, imediatos, quase acidentais). Também os fenômenos de conjuntura dependem, certamente, de movimentos orgânicos, mas seu significado não tem um amplo alcance histórico.” Gramsci, Cadernos do cárcere: introdução ao estudo da filosofia. A filosofia de Benedetto Croce. Vol. 1. Rio de Janeiro: Civilização Brasileira, 1999, pp. 36-37.
[2] Fernando de la Cuadra, “Chile: conflito, democracia e hipergovernabilidade”, no sitio Gramsci e o Brasil, http://www.acessa.com/gramsci/?page=visualizar&id=628
[3] Antonio Cortés Terzi, “Concertación: mesianismos y regresiones”, no sitio Gramsci e o Brasil, http://www.acessa.com/gramsci/?page=visualizar&id=843

quarta-feira, 23 de julho de 2008

Subsidios agrícolas continúan en el centro de Doha


AméricaEconomía

El segundo día de negociaciones que reúne en Ginebra a los países que conforman la Organización Mundial de Comercio (OMC), fue marcado nuevamente por el cada vez más complicado tema de los subsidios agrícolas y, en particular, por la propuesta de Estados Unidos de bajar a US$ 15.000 millones el apoyo económico que brinda a sus agricultores, que no fue interpretada en absoluto como un avance por acercar posiciones con las economías emergentes.

Países como Argentina, Brasil e India consideraron insuficiente la propuesta, más aún cuando EE.UU. condicionó la medida a que las economías emergentes abran sus mercados a más productos agrícolas y manufacturados extranjeros. “Este es un movimiento mayor, que se hace con buena fe, con la expectativa de que otros tomen medidas recíprocas y den un paso al frente con ofertas mejoradas de acceso de mercado”, dijo Susan Schwab, representante de Comercio de Estados Unidos.

Y las reacciones al ofrecimiento estadounidense no se hicieron esperar. “Mi respuesta inmediata es que esta oferta no pasa la 'prueba de la risa'" dijo a la agencia Reuters un funcionario de alto rango de India que habló bajo condición de anonimato.

Desde el año 2000, Estados Unidos ha manejado los subsidios a la agricultura local dependiendo de las fluctuaciones del mercado. Así, mientras en 1999 y 2000 los subsidios llegaron a US$ 25.000, en 2005 la cifra alcanzó los US$ 18.900 millones. Y este año, marcado por la escasez de alimentos y los altos precios agrícolas, el aporte ya bordea los US$ 7.000 millones, una cifra bastante inferior al techo de US$ 48.200 millones que tiene permitido bajo las normas de la OMC.

Un panorama ante el que las economías más grandes de la región, pese a no haber elaborado una estrategia conjunta, mantienen distancia y coinciden en que Estados Unidos debe flexibilizar más su postura.

"Se deben concretar reducciones efectivas en la ayuda interna distorsiva global", señaló el secretario de Relaciones Económicas Internacionales argentino, Alfredo Chiaradía, a La Nación. "Todo lo que signifique reducción arancelaria es siempre bienvenido. Pero primero hay que saber cómo se llega a esa cifra y cuáles son los países dispuestos a aplicar esa decisión", añadió el negociador técnico argentino.

En tanto, la diplomacia brasileña sostuvo que los países en desarrollo presionarán para que Estados Unidos ofrezca rebajas más profundas. Uno de los negociadores brasileños, Roberto Azevedo, declaró el lunes que una propuesta similar de rebaja de subsidios anunciada por la Unión Europea era mera "propaganda". "Si ellos están proponiendo un recorte, es porque tienen el margen para hacerlo", dijo Azevedo. Brasil quiere que Estados Unidos llegue al piso de la banda de entre US$ 13.000 millones y US$ 16.400 millones para sus subsidios agrícolas.

México, por su parte, ha puesto el foco de interés precisamente en que un acuerdo global de comercio le permita ingresar a las economías de países emergentes, particularmente Brasil e India, que junto a China y Rusia conforman el bloque de países Bric. El país azteca apuesta por una flexibilización de las posturas para llegar a un acuerdo que beneficie a todos. “Los compromisos que se van a adquirir bajo la ronda van a hacer que México pueda acceder a los mercados emergentes que además ahora han sido los países que han impulsado y generado el mayor crecimiento”, señaló la subsecretaria de Negociaciones Comerciales Internacionales de la SE, Beatriz Leycegui en declaraciones a la prensa.

Ecuador es el país de la región que ha presentado una postura más radicalizada. De hecho, condiciona cualquier acuerdo a la resolución de sus diferencias sobre el arancel bananero con la Unión Europea, que mantiene un impuesto a la importación de la fruta de US$ 276 por tonelada, medida rechazada también por Bolivia, Costa Rica, Guatemala, Nicaragua, Panamá y Colombia. A pesar de que la OMC ha reiterado que es contraria a tal medida, la UE no ha dado pié atrás. "Ecuador no podrá acordar modalidades si no está el banano resuelto", dijo un negociador ecuatoriano que prefirió mantener el anonimato a El Comercio.

Los negociadores de la región esperan que tanto la cuestión arancelaria como la de los subsidios agrícolas se resuelva en el transcurso de la cita en Ginebra. De lo contrario, aseguran, se pondrá en peligro la liberalización de los mercados, una variable clave en el contexto de escasez y encarecimiento del sector alimenticio en el mundo. Sin acuerdos míminos, las conversaciones en torno a un nuevo pacto de comercio mundial podrían volver a descarrilarse.

EEUU perpetúa las matanzas masivas en Iraq



Peter Phillips
Rebelión

El holocausto perpetrado por EEUU contra la población civil de Iraq se está convirtiendo en un “pecado original permanente en el alma de la nación” estadounidense. “En nuestro nombre se cometen asesinatos y crímenes de guerra, hemos permitido que continúe la guerra/ocupación en Iraq y los dos principales candidatos presidenciales nos ofrecen escasas opciones de un cese inmediato de las matanzas masivas”.

Estados Unidos es el responsable directo de más de un millón de muertes de ciudadanos iraquíes en cinco años y medio de invasión. Una investigación de la encuestadora británica Opinion Research Business (ORB) reportó en enero 2008 que "los resultados del estudio confirman nuestra estimación anterior acerca de más de 1.000.000 de ciudadanos iraquíes muertos como resultado del conflicto que comenzó en 2003. Ahora estimamos que el peaje de la muerte entre marzo de 2003 y agosto de 2007 alcanzó probablemente al orden de 1.033.000 víctimas. Si se considera el margen de error asociado a los datos resultantes de una investigación de esta naturaleza, entonces el rango estimado oscila entre 946.000 y 1.120.000 muertes".

El informe de ORB llega en los talones de dos estudios realizados antes por la Universidad Johns Hopkins, y publicados por el diario médico británico The Lancet, que confirman las cifras de continuas muertes masivas en Iraq. Un estudio del Dr. Les Roberts estableció que entre el 1º de enero de 2002 y el 18 de marzo de 2003 en Iraq murieron sobre 100.000 civiles. Un segundo estudio publicado por The Lancet en octubre de 2006 documentó más de 650.000 muertes de civiles producidas en Iraq desde el comienzo de la invasión de EEUU. El estudio de 2006 confirmó que el bombardeo aéreo de EEUU sobre la población civil causó sobre una tercera parte de estas muertes y que más de la mitad de tales muertes son atribuibles directamente a las fuerzas de EEUU.

Un nuevo estimado de 1,2 millones de muertes, fechado en julio de 2008, incluye niños, padres, abuelos, bisabuelos, taxistas, clérigos, maestros, obreros industriales, policías, poetas, personal de la salud, proveedores de alimentación diaria, operarios de la construcción, niñeras, músicos, panaderos, trabajadores gastronómicos y muchos más. Toda una variedad de gente común y corriente que ha tenido que morir porque EEUU decidió invadir su país. Todas estas muertes exceden la tasa normal de mortalidad civil durante el gobierno anterior.

La magnitud de estas muertes es innegable. La continuación de la presencia de las fuerzas de ocupación de EEUU garantiza una tasa de mortandad masiva que excede en 10.000 personas por mes la estadística normal, con mitad de esa cifra muriendo a manos de las fuerzas de EEUU, una carnicería concentrada y de gran envergadura como para compararla con las matanzas masivas más atroces acaecidas en la historia del mundo. Este hecho no ha pasado inadvertido.

Recientemente, el representante demócrata de Ohio Dennis Kucinich introdujo una acusación de un solo artículo reclamando la destitución, o “impeachment”, de George W. Bush por mentir al Congreso y al pueblo estadounidense sobre las razones para invadir Iraq. El 15 de julio, la cámara baja reexpidió la resolución al Comité Judicial con 238 votos. Que Bush mintió sobre las armas de destrucción total y la amenaza de Iraq a EEUU, hoy está más allá de toda duda. La ex fiscal federal Elizabeth De La Vega documentó a fondo tales mentiras en su libro “EEE vs Bush”, y numeroso otros investigadores han verificado las afirmaciones falsas de Bush.

El pueblo estadounidense enfrenta un serio dilema moral. En nuestro nombre se cometen asesinatos y crímenes de guerra. Hemos permitido que continúe la guerra/ocupación en Iraq y los dos principales candidatos presidenciales nos ofrecen escasas opciones de un cese inmediato de las matanzas masivas. McCain aceptaría sin dudarlo las muertes de otro millón de civiles iraquíes para “sacar la cara por América”, y el plazo de dieciocho meses de Obama para el retiro probablemente daría lugar a otras 250.000 muertes de civiles más.

Nos debemos a nosotros mismos, y a nuestros niños, un futuro sin la vergüenza del asesinato masivo en nuestra conciencia colectiva. La única resolución de este dilema es el retiro inmediato de todas las tropas de EEUU en Iraq y el procesamiento y encarcelamiento de los responsables. Cualquier cosa menor crea un pecado original permanente en el alma de la nación por el que sufriremos por siempre.

terça-feira, 22 de julho de 2008

Escopeta não é chocalho



José Luis Fiori
Carta Maior

A reativação da IV Frota Naval dos Estados Unidos, na zona do Atlântico Sul, provocará uma mudança radical e permanente, nas relações militares dos EUA com a América Latina. Ela ocorre no momento que está em curso uma nova "corrida imperialista" entre as grandes potências, que lutam por sua segurança alimentar e energética, exatamente como ocorreu no início do século XX.

A reativação da IV Frota Naval dos Estados Unidos, na zona do Atlântico Sul, provocará uma mudança radical e permanente, nas relações militares dos EUA com a América Latina. Foi por isto que surpreenderam tanto, as primeiras explicações americanas, a respeito da reativação da sua Frota - criada em 1943, e desmantelada em 1950 – que teria sido uma simples decisão “administrativa”, tomada com objetivos “pacíficos, humanitários e ecológicos”. A mentira não é um pecado grave no campo das relações internacionais. Pelo contrário, mentir ou dizer meias-verdades, com competência, foi sempre uma arte e uma virtude essencial da diplomacia, entre as nações. Portanto, não foi isto que chamou atenção, na declaração das autoridades americanas, foi o seu desrespeito pela inteligência dos interlocutores, e o seu deboche com relação à impotência dos governos afetados pela sua decisão.

Mesmo quando se falasse também da necessidade de “combater a pirataria, o tráfico de drogas, de pessoas e de armas”, sem explicar, ao mesmo tempo, porque que a IV Frota não foi reativada durante a Guerra Fria, ou mesmo, depois da Revolução Cubana e da Crise dos Foguetes, de 1962, quando o “fluxo ilegal de armas e pessoas”, e o “tráfico de drogas” era igual ou maior do que hoje. Por isto, tiveram grande repercussão as declarações “corretivas”, das autoridades navais dos EUA, feitas na Base Naval Mayport, na Flórida, no dia 11 de julho de 2008. Em particular, o discurso inaugural do almirante Gary Roughead, chefe de Operações Navais da Marinha Americana, quem redefiniu o objetivo principal da nova Frota, destinada a “proteger os mares da região, daqueles que ameaçam o fluxo livre do comércio internacional”, ao mesmo tempo em que advertia, aos desavisados, que “ninguém deve se enganar: porque esta frota estará pronta para qualquer operação, a qualquer hora e em qualquer lugar, num máximo de 24 a 48 horas”.

Com respeito à proteção do comércio marítimo, todos os especialistas sabem que só tem capacidade de proteger o “livre fluxo do comércio mundial”, quem também tem a capacidade de interrompê-lo. Ou seja, quem tem poder para proteger, também tem o poder de excluir concorrentes, se for o caso, quando se acirra a competição entre os estados e os capitais privados, como está acontecendo, neste início do século XXI. Depois de quase uma década de crescimento contínuo e acelerado, a economia mundial enfrenta neste momento, uma disparada dos preços, da especulação e da escassez de algumas commodities fundamentais, como é o caso do petróleo, dos alimentos e dos minerais estratégicos. E neste momento, já está em curso uma nova “corrida imperialista”, entre as grandes potências, que lutam por sua segurança energética e alimentar, exatamente como aconteceu no final do século XIX, e início do século XX.

Uma competição que já chegou à África, e deverá atingir a América Latina, de forma ainda mais intensa, graças aos seus recursos energéticos, às suas grandes reservas minerais e hídricos, e à sua imensa capacidade de produção alimentar, muito superior à da África. Em particular, no caso do Brasil, que deverá ser - em breve - o maior exportador mundial de alimentos, e um dos grandes exportadores de petróleo, além de ser o principal “proprietário” das águas e da biodiversidade amazônica.

Existindo um agravante, no caso brasileiro, do ponto de vista das autoridades norte-americanas: o fato de ser o país que está liderando os processos de criação da UNASUL e do Conselho Sul-Americano de Defesa, organizações que excluem os EUA e esvaziam o Tratado Interamericano de Assistência Recíproca, e a Junta Interamericana de Defesa, que são controlados pelos norte-americanos.

Esta história, entretanto, traz uma lição importante para o futuro da América Latina, e do Brasil em particular. Faz um século, mais ou menos, o almirante e geopolítico Alfred Mahan, se notabilizou pela sua defesa militante, da idéia que os EUA jamais seriam uma “grande potência”, apoiando-se apenas no seu desenvolvimento econômico. Para ter estatuto internacional, precisariam de uma esquadra naval capaz de projetar o poder americano ao redor do mundo, como havia feito a Inglaterra, no século XIX . O almirante Mahan exerceu grande influencia pessoal, sobre o presidente Theodore Roosevelt, logo no início do século XX, e depois se transformou no maior símbolo do poder naval americano, de todos os tempos. Com razão, porque menos de meio século depois da sua morte, os EUA já eram o maior poder naval da história da humanidade, controlando todos os mares e oceanos do mundo, com suas sete Frotas Navais.

Neste momento, os EUA acabam de reativar a sua IV Frota, mas poderão criar muitas outras, se quiserem, sem ferir o Direito Internacional, sem precisar utilizar as águas soberanas de outros estados, e sem precisar dar explicações a ninguém. Obedecendo apenas aos seus cálculos estratégicos e ao seu poder de construir e distribuir navios militares ao redor do mundo, como havia proposto Alfred Mahan.

Segundo o sociólogo alemão Norbert Elias, a dura verdade é que, “se algum estado for mais forte ou se acreditar mais forte que seus vizinhos, sempre haverá a possibilidade de que tente obter vantagens, o que pode ocorrer de diversas formas, hostilizando-os, fazendo exigências ou invadindo-os e anexando-os [..] e só existe uma possibilidade de um estado com maior potencial de violência ser impedido de explorar ao máximo sua porção de poder relativo: ele só pode ser reprimido por outro estado equivalentemente forte ou por um grupo de estados que consigam controlar as rivalidades entre si em grau suficiente para favorecer seu potencial combinado de poder”.

segunda-feira, 21 de julho de 2008

Petroleras en Irak, pacto con el diablo


Noam Chomsky
Sin permiso


La negociación en marcha entre el Ministerio del Petróleo iraquí y cuatro compañías petroleras genera interrogantes sobre la naturaleza de la invasión y ocupación de Irak que deberían traducirse en otras tantas preguntas dirigidas a los candidatos presidenciales y en cuestiones seriamente discutidas en los Estados Unidos, y por supuesto, en el Irak ocupado, en donde parece que la población debería tener algún que otro papel en la configuración del futuro de su país.

Las negociaciones en curso de Exxon Mobile, Shell, Total y BP —los socios originales hace décadas de la Iraq Petroleum Company, ahora unidos por Chevron y otras compañías menores— son para renovar la concesión petrolera que perdieron por la nacionalización en la época en que los productores de petróleo trataron de hacerse con el control de sus propios recursos. Los contratos no firmados, aparentemente escritos por las empresas petroleras con la ayuda de funcionarios de EEUU, prevalecieron sobre las ofertas de más de otras 40 compañías, entre las que se incluían las de China, India y Rusia.

"Existe la sospecha en el mundo árabe, y entre sectores del pueblo estadounidense, de que EEUU fue a la guerra contra Irak para extraer el petróleo que pretenden asegurar con estos contratos", declaró Andrew E. Kramer a The New York Times.

La referencia de Kramer a la "sospecha" es un eufemismo. Incluso es muy probable que la ocupación militar sea la que ha tomado la iniciativa de restaurar la odiada Iraq Petroleum Company, la cual, como Seamos Milne escribió en el London Guardian, fue impuesta bajo la ocupación británica para "comerse la riqueza iraquí en un famoso acuerdo de explotación".

Informes posteriores hablan de retrasos en la puja. Buena parte de esto sucede en secreto, y no sería sorprendente que vieran la luz nuevos escándalos.

La exigencia podría ser mucho más vehemente. En Irak se hallan las que tal vez sean las segundas reservas de petróleo en el mundo, y su extracción es muy barata: nada de permafrost [capa subterránea de hielo; T.], nada de arenas betuminosas, nada de perforaciones marítimas abisales. Para los estrategas de EEUU, es primordial que Irak permanezca bajo su control toral, como un estado cliente sumiso que alojará también más bases militares de EEUU, justo en el corazón del lugar del mundo con mayores reservas energéticas.

Que no eran otros los motivos de la invasión, estaba claro incluso a pesar de los sucesivos pretextos: las armas de destrucción masiva, los lazos de Sadam con Al Qaeda, o la defensa de la democracia y la guerra contra el terrorismo, el cual, como se preveía, aumentó tras la invasión.
El pasado noviembre, las designios que los guiaban se hicieron explícitos, al firmar el presidente Bush y el primer ministro iraquí, Nouri Al Maliki, una "declaración de principios" que pasaba por encima del Congreso estadounidense y del parlamento iraquí, así como de las poblaciones de ambos países.

La declaración deja abierta la posibilidad de presencia militar norteamericana en Irak indefinidamente, presencia que, con toda probabilidad, incluye el enorme número de bases aéreas que ahora están construyéndose por todo el país, así como la "embajada" en Bagdad, una verdadera ciudad dentro de la ciudad, una embajada única en el mundo. Nada de eso se construye ahora para ser abandonado en el futuro.

Contiene también en la declaración una descarada afirmación sobre la explotación de recursos de Irak. Dice que la economía de Irak –es decir, sus recursos petroleros— debe abrirse más a la inversión extranjera, "especialmente a las inversiones estadounidenses". Esto está cerca de un pronunciamiento, según el cual, por lo mismo que os invadimos, podemos controlar vuestro país y tener acceso privilegiado a vuestros recursos. La gravedad y el alcance de este compromiso fueron subrayados el pasado enero, cuando el Presidente Bush hizo pública una "declaración firmada" en donde manifestaba su voluntad de rechazar cualquier toda iniciativa legislativa del Congreso que pusiera cortapisas a la financiación "para establecer instalaciones militares o bases con el propósito de ejercer el estacionamiento permanente de las fuerzas armadas estadounidenses en Irak" o "para ejercer el control estadounidense de los recursos petrolíferos de Irak".

El prolijo recurso a "declaraciones firmadas" tendentes a ampliar el poder del Ejecutivo es otra de las innovaciones de Bush, y ha sido condenada por la Asociación de Abogados de Estados Unidos como "contraria al imperio de la ley y a la tradicional división constitucional de poderes". En vano.

No sorprende que la declaración suscitara inmediatamente objeciones en Irak. Entre ellas, las de los sindicatos iraquíes, que sobreviven como pueden bajo las severas leyes antisindicales aprobadas bajo Saddam y mantenidas en todo su vigor por la ocupación.

La propaganda de Washington acusa a Irán de dominar el Irak. Los problemas de EEUU en Irak son culpa de Irán. La Secretaria de Estado Condoleezza Rice ve una solución simple: las "fuerzas extranjeras" y las "armas extranjeras" deben ser retiradas de Irak; las de Irán, claro, no las nuestras.

El pulso con el programa nuclear de Irán aumenta las tensiones. La política hacia Irán del "régimen del cambio" de la administración Bush viene con presagios de amenazas de fuerza (aquí Bush se halla acompañado por los dos candidatos a la presidencia de EEUU). Esa política incluye también actos de terrorismo en territorio iraní — de nuevo legítimos, según los gobernantes del mundo—. Una mayoría del pueblo de EEUU está a favor de la diplomacia y se opone al uso de la fuerza. Mas la opinión pública es irrelevante para estos políticos, y no solamente en este caso.

Resulta irónico que Irak se esté convirtiendo en un consorcio irano-estadounidense. El gobierno de Maliki representa al sector de la sociedad iraquí que más apoyos tiene de Irán. El llamado ejército iraquí —en realidad, una milicia más— está ampliamente sustentado en la brigada de Badr, que fue preparada en Irán y luchó en el bando iraní durante la guerra de Irak e Irán. Según Nair Rosen, uno de los más perspicaces e informados corresponsales de la región, el objetivo principal de las operaciones militares conjuntas EEUU-Maliki es Moqtada al-Sadr, quien tampoco gusta a Irán: es independiente y tiene apoyo popular, y por consiguiente, peligroso.

Irán "apoyó claramente al Primer Ministro Maliki y al gobierno iraquí contra lo que ellos denominaban 'grupos ilegales armados' (de las milicias de Mahdi Moqtada) en el reciente conflicto de Basora", escribe Rotsen, "lo que no es sorprendente, dado que su principal representante en Irak, el Concilio islámico supremo de Irak, domina el estado iraquí y es el principal partidario de Maliki".

"No hay un representante de la guerra en Irak", concluye Rosen, "porque EEUU e Irán comparten el mismo representante".

Teherán está presumiblemente complacido al ver que EEUU instituyó y mantiene a un gobierno en Irak receptivo a su influencia. Para el pueblo iraquí, sin embargo, este gobierno continúa siendo un desastre, muy próximo a lo peor por venir.

En Asuntos Exteriores, Seven Simon señala que la estrategia contrainsurgente actual de EEUU está "alimentando a las tres fuerzas que tradicionalmente han amenazado la estabilidad del Oriente Medio: el tribalismo, los señores de la guerra y el sectarismo". El resultado podría ser "un estado fuerte y centralizado gobernado por una junta militar parecida" al régimen de Saddam.

Si Washington consigue sus objetivos, entonces sus acciones están justificadas. Las reacciones son harto diferentes cuando Vladimir Putin tiene éxito en la pacificación de Chechenia, en un grado muy superior a todo lo conseguido por el general David Petraeus en Irak. Pero aquello son ELLOS, y esto es EEUU. Los criterios son completamente diferentes.

En EEUU los demócratas se han visto reducidos al silencio por el aparente éxito del aumento del número de soldados desplegados en Irak. Su silencio refleja que las críticas contra la guerra no son una cuestión de principios. Según esta manera de ver el mundo, si se están logrando tus objetivos, la guerra y la ocupación están justificadas. Los idílicos negocios petrolíferos van en el lote.

De hecho, toda la invasión es un crimen de guerra; y en verdad, el crimen internacional supremo, que difiere de otros crímenes de guerra en que provoca todo el mal que sigue, según los términos de la sentencia de Nuremberg. Este es uno de los temas que no pueden debatirse ni en la campaña electoral ni en ninguna parte. ¿Por qué estamos en Irak? ¿Cuánto debemos a los iraquíes por destruir su país? La mayoría del pueblo estadounidense está a favor de la retirada de EEUU de Irak. ¿Se escucharán su voz?