quinta-feira, 18 de setembro de 2008

La decadencia del imperio americano


Cristian Carrillo
Página 12

El multimillonario rescate de AIG no calmó la crisis. Volvieron a caer las Bolsas de todo el mundo, mientras se derrumbó la principal caja de ahorro hipotecario de EE.UU. Los mayores bancos de inversión sobrevivientes ven caer sus acciones y buscan compradores.

“El que sigue... por aquella ventanilla, por favor”, se lee en los rostros de pánico de los principales protagonistas del crac de Wall Street. Luego del rescate a las hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, la nacionalización de American Internacional Group (AIG), la quiebra del Lehman Brothers y la venta de Bear Stearn y Merrill Lynch, se sumó una nueva entidad en problemas ligada al mercado inmobiliario.

Se trata del Washington Mutual, la mayor caja de ahorro y préstamos para la vivienda de Estados Unidos, que desde ayer busca desesperadamente un comprador. En Gran Bretaña, en tanto, también el mayor banco hipotecario, Halifax Bank of Scotland (HBOS), está en quiebra y para evitar su derrumbe las autoridades inglesas buscan fusionarlo con el Lloyds TSB. En tanto, con efectos cada vez más efímeros en el mercado, la impresionante intervención estatal se está convirtiendo en una adicción de la administración Bush. La caída no se detuvo: ayer fue una nueva jornada de derrumbes generalizados de las bolsas en el mundo. Desde la apertura, todas las plazas bursátiles operaron con pérdidas y algunas debieron suspender la rueda para evitar seguir hundiéndose. Los principales índices neoyorquinos se derrumbaron un 4 por ciento.

El gobierno más fanático del libre mercado continuó lanzando una batería de medidas para tratar de frenar la multimillonaria sangría. Por caso, la autoridad que supervisa las actividades bursátiles en Estados Unidos, la SEC, endureció la regulación sobre la operatoria de acciones. Mientras, el Departamento del Tesoro emitió 40 mil millones de dólares en títulos públicos para proveer de liquidez a la Reserva Federal, que a su vez los destinará a entidades en problemas.

A la estatización de AIG por 85.000 millones de dólares, le sucedieron anuncios de nuevas medidas del gobierno de Bush para reducir la volatilidad del sistema financiero. Pero el mercado ya parece no dejarse seducir por rescates sobre la hora, y la atención sigue puesta en el alcance de la crisis. Los bancos Goldman Sachs y Morgan Stanley están bajo la lupa. Los inversores privilegian por estos días la liquidez y las colocaciones de corto plazo. Así, los activos de refugio cumplen un rol protagónico: oro y bonos del Tesoro de EE.UU. La cotización del oro ganó ayer 70 dólares en el mercado a término de Nueva York, su mayor escalada desde 1980. Los contratos de ese metal para entrega en diciembre cerraron la sesión en 850,50 dólares. Por su parte, la demanda de bonos del Tesoro de “muy corto plazo”, a un mes, condujeron a un rendimiento casi nulo de estos papeles. Estas obligaciones ofrecían ayer un retorno de entre 0,25 y 0,12 por ciento, el menor de toda su historia, según datos de la Reserva Federal.

Tras la suba de la víspera por el anuncio de rescate de AIG, todo volvió a la “normalidad” del actual contexto de incertidumbre. La información que provino del mercado refleja el pánico que atrapó al mercado y la extraordinaria crisis que se vive en las economía de Estados Unidos y Europa, potencias mundiales:

- El Banco alemán de Crédito para la Reconstrucción y el Desarrollo será investigado por transferir 426,5 millones de dólares al Lehman horas antes del anuncio de quiebra.

- El tercer banco británico Barclays llegó a un acuerdo para adquirir el conjunto de las actividades de Lehman Brothers por 1750 millones de dólares.

- La Security and Exchange Commission (SEC) endureció la supervisación de las operaciones en acciones que apuestan por la caída de la cotización de acciones.

- Morgan Stanley podría fusionarse con Wachovia, luego de que junto a Goldman Sachs sufrieran una caída a un cuarto de valor.

- El Washington Mutual, la mayor caja de ahorro y préstamos para la vivienda de Estados Unidos, se ofreció a la venta. Entre los interesados se cuenta el HSBC, JP Morgan, Wells Fargo y el Citigroup.

- Las bolsas europeas cerraron en baja: Londres perdió 2,3 por ciento; París, 2,14; y Francfort, 1,8.

- El Ministerio de Finanzas ruso anunció que inyectará 350.000 millones de rublos, unos 10.000 millones de euros, en el sector bancario.

- La bolsa rusa se vio obligada a suspender su actividad luego del desplome de sus acciones.

- El Tesoro de Estados Unidos adjudicó de 40.000 millones de dólares en bonos a 35 días, para proveer de liquidez a la Fed.

- Wall Street volvió a operar en baja en sus principales indicadores: el Dow Jones Industriales cayó 4,1 por ciento y el Nasdaq Composite 4,9.

- La Bolsa de San Pablo cerró con un retroceso en el índice Bovespa de 6,7 por ciento, mientras que el real tuvo una depreciación de 2,6 por ciento frente a dólar.

- En la Argentina, las acciones perdieron 5 por ciento, los bonos, sobre todo los nominados en dólares más de 10 por ciento, y el dólar sumó un nuevo centavo a 3,12 pesos.

El gobierno estadounidense difundió un comunicado donde reconocen “preocupación” por el contagio sobre otros bancos. La vocera de la Casa Blanca, Dana Perino, defendió además la decisión de salvar a AIG y dejar hundir a Lehman Brothers, explicando que el gobierno está manejando “caso por caso”. La intervención estuvo justificada porque “algunas de estas compañías son tan grandes que permitir su caída podría causar graves daños a la economía”, manifestó Perino. En cambio, las reacciones políticas, sobre todo desde el sector más conservador, en un país donde el Estado accionista no existe, provocó una catarata de críticas.

Por el momento, de los cinco bancos de inversión más grandes de Estados Unidos antes de que la crisis financiera sacudiera los cimientos de Wall Street, sólo Goldman Sachs y Morgan Stanley continúan, por ahora, eludiendo la quiebra. La explosión financiera se cobró a Lehman Brothers y la venta de Merrill Lynch a Bank of America y de Bear Stearns al JP Morgan Chase. De hecho, Merrill Lynch era un sobreviviente de la Gran Depresión que no pudo superar la crisis subprime. En Wall Street evalúan que los dos bancos de inversión que quedan necesitarán asociarse con otras entidades bancarias, cuyos depósitos son más estables, para garantizar su supervivencia.

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