sábado, 15 de novembro de 2008

La tormenta ya está sobre América Latina

AméricaEconomía

Mientras Alemania ya se declaró oficialmente en recesión técnica y Estados Unidos enfrenta una fuerte desaceleración, el contagio de la epidemia global comienza a sentirse en la región.

La recesión en Alemania, que el gobierno declaró oficialmente este jueves, y la confirmación de que China se encuentra sumergida en el menor ritmo de crecimiento industrial en siete años, son apenas las más recientes evidencias del declive económico global. Para el 2009, el panorama no será mejor. Estados Unidos, país clave para el desarrollo de América Latina, también está ingresando a un período de desaceleración cuyos efectos ya se sienten en la región.

Según dijo este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el club de los 30 países más industrializados, la mayor economía del mundo va a arrastrar a muchas naciones a una larga recesión y será la más golpeada por la actual situación. Y aunque muchos especialistas aseguraron en su momento que América Latina no se vería tan afectada por las complicaciones de su vecino, ahora algunos no son tan optimistas.

De forma categórica, Javier Santiso, director del Centro de Desarrollo de la OCDE, declaró que "América Latina no está desacoplada con ninguna región del mundo y en particular con Estados Unidos. No hay inmunidad (...) a un choque que venga de Estados Unidos", aseguró, aunque matizó que hay países latinoamericanos que "han hecho los deberes" o "tienen una mayor capacidad de resistencia".

"Los que han conseguido hacer este esfuerzo de estabilización económica están mejor preparados para absorber choques", dijo, y recordó que "el año pasado, cuando la crisis financiera se estaba desarrollando muy fuertemente, no afectó a los países latinoamericanos (...) ahora sí que alcanza porque está traspasando a la economía real", alertó.

En esa línea, Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, señaló que “la convergencia de formidables shocks externos -la crisis financiera y desaceleración del crecimiento mundial, junto a la caída de los precios de los commodities- va a golpear a la región”. El experto explica que, en comparación con crisis anteriores, la región navega en un bote mejor construido, aunque señala que “está viviendo una tormenta cada vez más difícil”.

Una opinión similar tiene el profesor de economía en la Universidad de California, Los Angeles (UCLA), Sebastián Edwards. En una columna en el diario Portafolio, señala que “la mayoría de las economías emergentes siguen siendo frágiles y están afectadas por lo que sucede en los países avanzados. Los efectos de esta recesión serán particularmente severos en América Latina”, asegura.

A su juicio, Brasil y México fueron los más afectados hasta el momento. Sin embargo, advierte que de atravesar por una prolongada recesión, Argentina se vería seriamente perjudicada ya que “sus necesidades de financiación externa son inmensas y sus exportaciones caerán marcadamente”.

"En Brasil cada día que pasa sin que Estados Unidos ecuacione su problema, más fuerte será el impacto en la desaceleración en 2009”, dijo el economista Dirceu Bezerra, quien también prevé caídas en el superávit comercial del país, afectado por una caída en la demanda y menores precios de las materias primas.

Para México, la segunda mayor economía de América Latina, las perspectivas de crecimiento fueron revisadas a la baja recientemente por el Fondo Monetario Internacional. La economía se vería afectada por menores envíos a Estados Unidos, mercado al que destina un 80% de sus exportaciones. También disminuiría el ingreso de remesas al país por parte de los emigrados.

En Argentina, la sensación de crisis económica está instalada. Para María Castiglioni, de la consultora Asesores Económicos, "la economía el año que viene va a crecer poco y nada. Hemos revisado nuestro pronóstico de crecimiento real (...) Tenemos un pronóstico del 1,6 por ciento de expansión, con caída de inversión", dijo la analista argentina. La caída de los precios de las materias primas agrícolas resulta especialmente grave, ya que golpea a su poderoso sector rural y por extensión a la agroindustria y al comercio. Ese ciclo negativo golpeará también los ingresos fiscales, que se han nutrido estos años de un impuesto a las exportaciones que representa más de la totalidad del superávit primario del país.

Las perspectivas tampoco son alentadoras para Venezuela, donde el tipo de cambio no oficial se ha disparado por un deterioro de las perspectivas económicas, proporcionales a la caída del precio del petróleo. Con menores ingresos petroleros, analistas como David Duarte, de 4CAST, creen que la nación caribeña, donde el gasto del Gobierno central se ha disparado en un año un 33%, enfrenta el peligro de "una recesión que pueda tener graves consecuencias políticas".

La pequeña economía de Bolivia también se vería afectada por la caída de los precios de los hidrocarburos y una disminución en el envío de remesas, aunque el Gobierno espera una leve desaceleración del crecimiento en el 2009 respecto a este año.

En Perú, el Gobierno del presidente Alan García ya advirtió que el ciclo de explosiva expansión se está moderando. Para este año espera un incremento del PIB del 6,6%. En tanto, analistas económicos esperan una desaceleración a 4,8% en el 2009.

El panorama no es distinto en Chile, considerada una de las economías emergentes más estables del mundo. Pablo Correa, jefe economista en Chile de Santander GBM dijo que la expansión del PIB en el país no será superior a 3% el año próximo, con el impacto de "un menor crecimiento en las exportaciones reales, del consumo privado y de la inversión", lo que afectará el empleo.

Según diversos analistas, los principales bancos centrales han perdido millonarias reservas para contener una depreciación de las monedas, mientras la disminución de la confianza empresaria y de los consumidores anticipan fuertes caídas del consumo, la producción y el empleo.

“La menor demanda por nuestras exportaciones va a tener un efecto adverso importante sobre la actividad económica de la región. Es obvio que los países de Latinoamérica no pueden evadir esta caída cíclica”, concluye De la Torre, del Banco Mundial. Señal de que la tormenta está entre nosotros.

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