domingo, 7 de fevereiro de 2010

El Foro Social Mundial en movimiento

Boaventura de Sousa Santos
Visão

Acaba de celebrarse en Porto Alegre (Brasil) un importante seminario de evaluación de los diez años del Foro Social Mundial (FSM) y debate sobre su futuro. Paralelamente, se realizaron cientos de iniciativas en las ciudades de la región metropolitana que reunieron a 30.000 personas. Los grandes medios de comunicación decidieron no informar sobre este evento y, en contrapartida, nos abrumaron con los detalles sobre la reunión del Foro Económico Mundial (FEM) realizado en Davos (Suiza). No deja de ser extraño, sobre todo si tenemos en cuenta que, a lo largo de la última década, los análisis y pronósticos hechos por el FSM se han revelado mucho más certeros que los del FEM. En 2001, el neoliberalismo —las privatizaciones, el libre comercio y la desregulación económica y financiera— era para el FEM la solución definitiva a las crisis cíclicas del capitalismo y así se consideró hasta el estallido de la crisis financiera global de agosto 2008, que el FEM no previó. Por el contrario, el FSM defendió que el neoliberalismo no era la única solución, sino que, de entre todas, era la más injusta y que las crisis que venía provocando en varios países acabarían llegando al corazón del capitalismo global, justo lo que ha pasado. A la luz de esto, sería prudente tener en cuenta los temas que van a dominar el FSM en los próximos años.

El primer tema es el de la paz y la democracia. Los análisis del FSM apuntan hacia el recrudecimiento de la militarización de los conflictos sociales, incluyendo la criminalización de los movimientos sociales y de las protestas de los ciudadanos ante el agravamiento de la crisis económica y las desigualdades, así como el resentimiento que provoca, pues sus víctimas son siempre los moralmente más honestos, socialmente más vulnerables y políticamente menos poderosos, una triple condición superpuesta en los hombros de la mayoría de la población mundial. Esta preocupación está presente en las múltiples actividades previstas para 2010, desde el II Foro Social de los Estados Unidos a los ocho foros en el mundo árabe o islámico: el I Foro Social de Iraq, el VI Foro Social Europeo (Turquía) y los foros temáticos sobre los sindicatos (Argelia), la discriminación sexual (Túnez y Jordania), los trabajadores rurales (Egipto), la paz y la educación (Palestina) y la democracia (Bangladesh). Todo esto a camino de la próxima edición del FSM unificado, que se celebrará en Dakar (Senegal) a principios de 2011, dedicado al tema de los diálogos -otro tema emergente del que se oirá mucho en la próxima década.

El segundo tema es el de la crisis de civilización derivada de la insostenibilidad del modelo económico dominante. La prueba está hecha, a pesar de ser negada, una vez más erróneamente, por el FEM: el modelo económico basado en el crecimiento infinito, el uso indiscriminado de los recursos naturales, la privatización de los bienes comunes —el agua, el aire, la biodiversidad—, el consumo como definidor de un modo de ser basado en la obsesión por tener y en un estilo de vida alimentado por el abandono prematuro de los objetos indiferentemente personales es tan injusto como insostenible y sus peligros para la supervivencia de la humanidad pronto serán irreversibles. Esto significa que el hechizo de la superioridad civilizacional con el que Occidente excluyó o destruyó a los que se cruzaban en su camino ahora se vuelve contra el hechicero. La reacción puede ser destructiva, pero también puede ser anunciadora de una nueva conciencia planetaria hecha de convergencias insospechadas entre saberes ancestrales —indígenas, campesinos, populares—, preocupaciones ambientales y éticas feministas del cuidado. El debate civilizacional va a estar en el centro del V Foro Social Panamazónico (Brasil) y del IV Foro Social de las Américas (Paraguay).

El tercer y último tema es el de los sujetos políticos que llevarán adelante las luchas por la paz, la democracia y un modelo social, cultural y económico postcapitalista. Este es el tema que obliga al FSM a reflexionar sobre sí mismo. ¿Cómo no desperdiciar la energía transformadora que generó? ¿Cómo construir alianzas transcontinentales entre movimientos y partidos políticos convergentes en agendas realistas y portadoras de nuevas hegemonías? ¿Cómo hacer que el mundo sea menos confortable para el capitalismo depredador? Tal vez el FSM necesite crear su propio FSM.

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