terça-feira, 31 de maio de 2011

Italia: Por fin soplan nuevos vientos



Elvira Corona
ALAI


Con la derrota esperada por muchos del primer ministro Silvio Berlusconi en Milán, pero también de su partido en Napoles, Cagliari y Trieste, los italianos empiezan a respirar un aire nuevo. En Milán, ciudad natal del Cavaliere, la alcaldesa oficialista Letizia Moratti obtuvo el 44,9% de los votos mientras su adversario Giuliano Pisapia, candidato de izquierda, alcanzó un 55,1%.

En Nápoles, tercera la ciudad del país que en los últimos anos es más famosa por su problema de basura que invade las calles que por su belleza increíble al estar situada en uno de los golfos más espectaculares de Italia, Luigi de Magistris, ex fiscal y candidato apoyado por la izquierda, alcanzó un 65,4% contra el 34,6% de Giovanni Lettieri, candidato del partido de Berlusconi y amigo de Nicola Cosentino, coordinador del Partido de la Libertad (PDL) de la región, investigado por sus presuntas vinculaciones con la mafia.

Pero también son significativos los resultados de Cagliari, ciudad capital de la isla Cerdeña, donde la derecha gobernaba desde hace 17 anos. Massimo Zedda, joven candidato de izquierda con todo su equipo de jóvenes trabajó duro en la campaña electoral para ganarse la confianza de la ciudadanía, y logró reconquistar la ciudad fortaleza de la derecha, con casi el 60% de los votos, derrotando a Massimo Fantola, veterano político que alcanzó el 40%.

Trieste es otra ciudad donde la derecha fue derrotada, por un 57,5% contra 42,5%. El primer ministro en Roma, a las 18h00 del lunes 30, cuando ya los datos eran claros, dijo a los periodistas que todavía no sabía nada de lo que estaba pasando en Italia, a pesar de que unos días antes calificó a los comicios de Milan como un referéndum sobre su gobierno. Unas horas más tarde se negaba a admitir su derrota, y lanzó amenazas a los ciudadanos: “los milaneses tendrán que rogar ahora, y los napolitanos tendrán que arrepentirse”.

El Cavaliere parece más solo que nunca, sus propios partidarios dicen que quien se equivocó fue él, con su campaña electoral basada solo en acusaciones contra los fiscales que deben juzgarlo, y contra los adversarios políticos, valiéndose de un clima de miedo por la llegada de emigrantes y por la inseguridad y otras tantas tonterías que ya no funcionan más. Muchos italianos que todavía creían en Berlusconi se dieron cuenta que él solo piensa en salvarse asimismo y que el país no le importa nada. Lo han entendido también en Arcore y Olbia, los municipios donde es propietario de dos mega villas, conocidas por las fiestas donde participaron muchas chicas y por las cuales Silvio Berlusconi es investigado por inducción a la prostitución de menores.

Una suave brisa ya se respiró el pasado 13 de febrero, cuando miles de mujeres se tomaron las calles con el lema “¿si no es ahora cuando?”, indignadas por la imagen degradante que el presidente, con sus televisiones y diarios, ha contribuido a dar de las mujeres italianas. Esta brisa ahora ya es viento, y en el próximo referéndum el 12 y 13 de junio, donde los italianos se pronunciarán sobre cuestiones como energía nuclear, privatización del agua e impedimento legitimo del primer ministro, ojalá que ese viento se convierta en tormenta capaz de barrer los 20 años de berlusconismo.

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