terça-feira, 30 de maio de 2017

Las alternativas para la destitución de Temer

Fernando de la Cuadra
Rebelión

La situación política en Brasil se ve como una larga agonía de Temer. En efecto, es posible observar que Temer está perdiendo cada vez más el apoyo de sus aliados, tanto a nivel de los partidos que formaban la base de la coalición montada a partir de la destitución de la presidenta Dilma Rousseff como a nivel de personalidades emblemáticas de la política brasileña tales como el expresidente Fernando Henrique Cardoso o el presidente del Partido Popular Socialista, Roberto Freire, que al renunciar a su cargo como Ministro de Cultura, señaló que el actual presidente ya no tiene condiciones ni políticas ni morales para continuar al mando de los destinos del país. Es difícil anticipar una fecha exacta, pero todo parece indicar que el actual mandatario no podrá concluir su gobierno. El problema es que quien lo puede substituir en la línea de sucesión, el presidente de la Cámara, diputado Rodrigo Maia, también se encuentra involucrado en varios casos de corrupción y está siendo acusado por los procuradores que tienen en sus manos el proceso Lava-Jato, aún en plena investigación por parte de la justicia brasileña. En caso de la destitución de Temer, una probable salida podría ser que asuma interinamente la jueza Carmen Lúcia, que ocupa en este momento la Presidencia del Supremo Tribunal Federal (Corte Suprema).

La mejor alternativa que se plantea y para lo cual se han movilizado vastos sectores de la ciudadanía consiste en la convocatoria de elecciones directas. No existe en la actual coyuntura otra fórmula que le otorgue más legitimidad y sustento ciudadano al futuro mandatario que ser elegido a través del concurso de la soberanía popular. El escollo de dicha salida consiste en que para llamar a elecciones directas se requiere un cambio en la constitución, lo cual de llevarse a efecto, podría demorar varios meses -dependiendo de la correlación de fuerzas que se manifieste en el congreso- con lo cual prácticamente se sobrepondría al cronograma vigente, que estipula la próxima contienda electoral para octubre del 2018. Las elecciones indirectas figuran en un itinerario más probable, aunque carecería del apoyo y la aprobación necesaria para que Brasil retorne a la senda de la estabilidad y paz social. Todos los escenarios son muy complejos y demasiado riesgosos para conseguir darle alguna estabilidad al país. De cualquier manera, la crisis es muy profunda y no se vislumbra ninguna solución a corto plazo.

Actualmente no existe ninguna alternativa viable que consiga darle gobernabilidad a Brasil. Esto favorece a Temer, aunque sea momentáneamente, pues la incerteza sobre los rumbos que podrá tomar la crisis le permiten seguir negociando con los partidos que forman la base de apoyo a su gobierno. En otras palabras, el miedo de que la crisis se agrave y se pierda el control total sobre el destino del país, hace que aquellos actores políticos y económicos poderosos que perdieron la confianza en el gobierno se den un tiempo para barajar alternativas con la finalidad de tener una sucesión que no sea tan improvisada y caótica que pueda implicar la posibilidad de estimular una ruptura de la vía institucional para la deposición del gobierno.

En todo caso, la salida de Temer no significa el derrumbe del tradicional sistema político brasileño. Al contrario, su destitución representa precisamente la confirmación de la tesis de que el actual mandatario ya no consigue comandar el país para realizar las reformas favorables que vienen impulsando los sectores más tradicionales de la política brasileña. El debate sobre la reforma del sistema previsional, de las leyes laborales (tercerización y flexibilización), la reforma o eliminación del Sistema Único de Salud (SUS), la privatización de la educación superior, la eliminación o reducción de programas sociales, etc., está siendo contaminado por la crisis del gobierno. Por lo tanto, para limpiar el camino de tales reformas, los sectores y partidos que representan la cara más tradicional y conservadora de la política de este país buscarán ciertamente la mejor manera de deshacerse del escollo que en la actual coyuntura representa la administración de Michel Temer.

Diferentemente de lo que pudiera ser una alternativa más deseable y democrática, todo parece indicar que la salida política a la crisis se va a dar dentro del esquema que proponen los partidos tradicionales. Es decir, la tendencia es que los cambios que se van a producir en Brasil en el próximo periodo y hasta las elecciones de 2018, serán efectuados dentro del campo de lo que expresan dichos partidos, a pesar de que existe cada día una mayor movilización popular contra la corrupción y la reforma del sistema político. Dichas movilizaciones serán reprimidas y la agenda política permanecerá circunscrita al término del mandato de un gobierno de emergencia que permita concluir las reformas en curso y que continúe el cronograma institucional que supone la realización de elecciones el próximo año. Este periodo por cierto va a generar un importante campo de disputas que los grupos progresistas y la izquierda deberán ocupar, si pretenden reconstruir un proyecto diferente para Brasil, que supere las penurias y tragedias que ha experimentado este país a lo largo de su historia reciente y que se han agudizado de forma dramática en los últimos dos años.

quarta-feira, 10 de maio de 2017

Héctor Alimonda y su legado para la ecología política latinoamericana

Fernando de la Cuadra
Rebelión

Ha muerto Héctor Alimonda, un maestro, un entrañable amigo, una persona noble y generosa que dedicó gran parte de su vida a pensar los temas del desarrollo, la cultura y la ecología política latinoamericana. Aunque Héctor era mucho más que eso. Fue un hombre abierto a todas las expresiones de la creatividad humana, a la fotografía, a la pintura, a la música (especialista en Tango), a la literatura, al humor. Quiero recordar al profesor generoso, cariñoso con todos quienes lo conocían, especialmente con sus alumnos y alumnas del Postgrado en Ciencias Sociales de la Universidad Federal Rural de Rio de Janeiro donde impartía sus cursos de Ecología Política e Historia Ambiental por más de 30 años. Aunque también desempeñó un activo papel en muchos otros centros e instituciones académicas en las cuales hacia clases, dictaba conferencias o participaba en espacios de discusión sobre diversas problemáticas latinoamericanas.

Sus preocupaciones siempre estuvieron vinculadas a la formación de un pensamiento latinoamericano propio y original, por eso fue uno de los principales divulgadores de la obra de José Carlos Mariátegui, lo cual lo vinculaba desde hace mucho tiempo a las actividades de la Editorial Amauta y a la preservación del legado teórico de ese gran intelectual peruano. Pero Héctor también buscaba en otras fuentes que no eran exclusivamente latinoamericanas para comprender los problemas ecológicos de nuestro tiempo. Por sus reflexiones siempre transitaban autores como William Morris, Rosa Luxemburgo, James O’Connor o Donald Worster, entre otros.

En un reciente artículo publicado en la revista ecología política[1] efectuó una síntesis lúcida sobre los rumbos de la ecología política en la región. En este trabajo hace un balance de este campo en la última década, enfatizando el hecho de que el pensamiento ecológico producido en nuestro continente es una expresión inédita, con una dinámica y dispositivos de enunciación que no tienen equivalencia con las elaboraciones provenientes de otras regiones del planeta.

Para Héctor, esta ecología política hemisférica (ECOPOLAT) surge recuperando los elementos de un tradición del pensamiento crítico con sello latinoamericano, que se puede encontrar en Mariátegui, la teoría de la dependencia, la teología de la liberación y más recientemente en el programa de investigación en torno a la Modernidad-Colonialidad, que tiene una amplia red de intelectuales que piensan la región a partir de una crítica vehemente al pensamiento hegemónico de raíz eurocéntrica.

Una reflexión contemporánea fundamental la venía realizando en torno a la vinculación de las categorías del llamado Post-desarrollo con los principios del Sumak Kawsay o Buen Vivir, síntesis que trató de plasmar en algunos artículos en que intentaba rescatar la dimensión del Buen Vivir para la construcción de una política pública diferente, que incorporase los saberes de los pueblos originarios y poblaciones tradicionales. Porque América Latina todavía es un proyecto a realizar, Héctor se empeñaba en reunir y articular teóricamente a muchos precursores de una manera de pensar original como Mariátegui, Aricó, Rama, Quijano, Escobar o Boff, que rescataron lo propio de nuestra problemática, nuestra naturaleza, nuestro imaginario, nuestras comunidades autóctonas y nuestra compleja herencia histórica.

Como coordinador del Grupo de Trabajo en Ecología Política del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) fue capaz de congregar en tres libros esenciales a un conjunto de autores que vienen pensando la relación entre Naturaleza y Sociedad, construyendo las bases de un pensamiento ambiental latinoamericano o realizando una crítica profunda al modelo extractivista actualmente en curso.[2] También fue organizador de un libro que se transformó en un importante referente para analizar el conflicto entre las comunidades amazónicas del Perú y el gobierno de ese país a partir de los acontecimientos del 5 de junio de 2009 en la ciudad de Bagua (“Baguazo”). [3] En esta localidad se produjo un violento desalojo de los pueblos Awajun y Wanpis que bloqueaban la carretera y ocupaban las instalaciones de Petro Perú para exigir el respeto de sus derechos, los que además se encuentran contemplados en la legislación internacional.

En su trayectoria, Héctor Alimonda supo combinar de manera virtuosa una importante producción intelectual con un compromiso concreto con las comunidades y pueblos tradicionales que habitan en nuestro continente. Por ese y otros motivos, se transformó en una de las principales voces del pensamiento ambiental latinoamericano y también en uno de los más activos defensores de los derechos de los pueblos indígenas y de los campesinos. Hasta siempre amigo!! Vamos a sentir tu ausencia en los futuros combates para construir una América más justa, democrática y solidaria.

NOTAS

[1] “Notas sobre la ecología política latinoamericana: arraigo, herencias, diálogo”, en: Revista de Ecología Política, Número 51, Barcelona: Editorial Icaria, junio 2016.
[2] Nos referimos a los libros: Ecología Política - Naturaleza, Sociedad y Utopía. Buenos Aires: CLACSO, 2002; Los Tormentos de la Materia - Aportes para una Ecología Política latinoamericana. Buenos Aires: CLACSO, 2006; y La Naturaleza Colonizada - Ecología Política y Minería en América Latina. Buenos Aires: CLACSO/Ciccus, 2011.
[3] La Amazonía Rebelde - Perú 2009. Lima: CLACSO/Universidad Nacional Mayor de San Marcos/Programa Democracia y Transformación Global/CONACAMI, 2009.